Javier Pérez Tabernero Sánchez.
Lidió numerosos encierros en Navarra; los últimos, en Valtierra y Tudela.
El campo bravo español perdió ayer a uno de sus ganaderos legendarios, a Javier Pérez-Tabenero Sánchez, que falleció a los 92 años, tras no superar una larga enfermedad.
Nieto de Fernando -el primer Pérez-Tabernero ganadero- e hijo de otra leyenda del campo bravo llamada Alipio Pérez-Tabernero Sanchón, en El Villar de los Álamos, la histórica finca situada en el término municipal de Aldehuela de la Bóveda, creó su leyenda, primero con el encaste Santa Coloma (línea Graciliano Pérez-Tabernero) y después, desde 1966, con los nuevos productos que adquirió a Atanasio Fernández, con los que llegó a ser uno de los referentes de las grandes ferias en las décadas de 1990 y 2000, alternando ambos encastes en las ferias y en los ruedos.
Su último referente de bravo con los productos de Atanasio llegó en la temporada de 2011 con un encierro que estoquearon Antonio Ferrera, Sergio Aguilar y Rubén Pinar en la Feria del Aniversario, con un buen encierro que permitió el triunfo de los toreros. El último de los toros (Yegüesero de nombre) de esta procedencia lo lidió como sobrero Pepe Moral apenas quince días después en el mismo escenario de la calle Alcalá. Desde entonces, desaparecieron los atanasios de El Villar; y llegó una nueva hornada de productos de procedencia Torrehandilla.
Atrás quedaban tardes gloriosas de las principales figuras, con toreros como Espartaco, Joselito (a hombros en Madrid tras desorejar a Cordobano en 1989) o Enrique Ponce (logrando el mismo éxito en Las Ventas en 2003).
El funeral tendrá lugar mañana, a las 13:00 horas, en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen de Salamanca. La conducción del cadáver se efectuará esta mañana, en la intimidad, en el cementerio familiar de El Villar de los Álamos, en Aldehuela de la Bóveda.
Muy presente en Navarra
Las reses bravas de Javier Pérez-Tabernero se lidiaron en diversas plazas de Navarra. Por ejemplo, en 2000, protagonizaron dos festejos en Valtierra; en el primero, sus manejables utreros para rejones permitieron el triunfo grande de Andy Cartagena y Curro Bedoya hijo. Dos días después, un encierro de utreros de este hierro ofreció buen juego, lo que permitió que Matías Tejela saliese a hombros tras cortar tres orejas.
Cuatro años más tarde, en 2004, lidió el día de Santiago una corrida de toros en Tudela, noble pero de muy medidas fuerzas; esa tarde, Uceda Leal se fue de vacío, El Juli cortó una oreja y César Jiménez consiguió tres. Fue su última comparecencia en Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX