En Navarra sumó tres corridas de toros, dos en Pamplona, fuera de San Fermín, y una en Estella, donde obtuvo un éxito rotundo.
El matador de toros Adolfo Ávila ‘El Paquiro’ ha fallecido este jueves, 1 de julio, a los 84 años de edad en el Hospital Universitario de Puerto Real. Natural de la localidad gaditana de Chiclana de la Frontera, desde el primer momento se encontró con una fuerte oposición familiar para ser torero.
Pese a ello, sus inicios en el mundo del toro tuvieron lugar en San Fernando, el 7 de agosto de 1961, fecha en la que se produjo su debut sin caballos. Ese año llegó a torear una veintena de festejos antes de que el 20 de mayo de 1962 toreara su primer festejo con caballos en Cádiz, alternando con Agustín Villaplana y Luis Parra ‘Jerezano’ en la lidia de reses de Manuel Ucha Vázquez.
Su presentación en Las Ventas tuvo lugar el 4 de abril de 1965, año en el que toreó dieciséis tardes. En aquel debut en la monumental madrileña resultó volteado, sufriendo una conmoción cerebral. Torero de gran valor y entrega, lo que en sus tiempos se llamaba un torero honrado, y gran estoqueador, el 11 de septiembre de 1966 tomó la alternativa en Calatayud de manos de Joaquín Bernadó y en presencia de Efraín Girón, con toros de Eugenio Marín Marcos. El toro del doctorado llevó por nombre Piquitos, negro bragado, número 104, al que le cortó las dos orejas.
Al año siguiente toreó diez corridas de toros, incluida la confirmación de alternativa en Madrid el 17 de septiembre, completando el cartel Antonio Sánchez Fuente y Gregorio Tébar ‘El Inclusero’. Ese día cortó una oreja.
Diversos percances
En 1968, el 18 de agosto, cayó herido de gravedad en Madrid por un toro de Victorino Martín. La campaña más completa y exitosa de su trayectoria tuvo lugar en 1970, donde toreó treinta y tres corridas, incluyendo América. Ese año no estuvo exento de percances para El Paquiro, que fue corneado en las plazas de Sevilla, el 28 de mayo, y en Talavera de la Reina, el 20 de septiembre.
Sin embargo, el percance más grave le ocurrió el 1 de agosto de 1971 en Inca cuando un toro de José Luis Vázquez le provocó fracturas de las vértebras cervicales cuarta y quinta. Estuvo un periodo muy largo de recuperación, pero antes salió por la puerta grande de Las Ventas. Al año siguiente toreó catorce festejos, ocho en 1973 y cuatro en 1974.
Tras conocerse la noticia, el alcalde de Chiclana de la Frontera, José María Román, ha mostrado su pesar por la pérdida de una “persona tremendamente entrañable y muy querida, no solo por los amantes del toreo sino por toda la ciudadanía. El pueblo de Chiclana siempre tiene que ser agradecido con las personas que han hecho cosas por su ciudad y Adolfo pertenece a ese grupo de personas que han llevado el nombre de Chiclana por todo el mundo”, manifestó el primer edil.
Cabe recordar que Adolfo Ávila ‘El Paquiro’ recibió el 9 de mayo de 2018 un reconocimiento por parte de sus vecinos con motivo de los actos de conmemoración del bicentenario de José Redondo ‘El Chiclanero’, descubriéndose un mosaico en la calle Gravina en su honor. Descanse en paz.
Tres corridas de toros y un gran triunfo en Navarra
En su etapa sin caballos, Adolfo Ávila toreó dos tardes en Pamplona. La primera en junio de1962, festejo en el que le cortó las dos orejas al que abrió plaza de María Salud Sánchez. La segunda, en abril de 1963, en una novillada sin picar en la que no tuvo tanta suerte frente a erales del mismo hierro y se fue de vacío.
Ya de matador de toros, se presentó en Navarra el 10 de mayo de 1970 y lo hizo en la plaza de Pamplona. Junto a Macareno, que se fue de vacío, y Juan Calero, que le cortó las dos orejas al sexto, lidiaron un encierro de Marqués de Albaserrada, con trapío y magnífica estampa, con bondad y bravura, remendado con un sobrero de Manuel Navarro, cuarto, que resultó dócil. Le cortó una oreja al que abrió plaza y perdió los trofeos con el estoque ante ese sobrero.
Casi tres meses después, el 2 de agosto, hizo el paseíllo en Estella con Tinín, que fue abroncado en sus dos toros, y de nuevo con Juan Calero, que cortó cuatro orejas. Se lidiaron seis toros de Abdón Alonso, bien presentados, duros, sin la clase del toro comercial. El Paquiro rubricó un gran triunfo. Le cortó las dos orejas a su primero tras una faena sobria y serena. Se superó frente al quinto, por la largura y hondura de sus naturales. Toreó con más clase, acertó con el estoque y paseó en triunfo otras dos orejas más. En total, cuatro orejas, el mismo número que Calero.
Regresó a Navarra en 1971 y en Pamplona, el 11 de abril, protagonizó su última actuación en esta tierra. De nuevo, lidió dos toros de Abdón Alonso, pero en esta ocasión pareció otro, se le vio temeroso y, finalmente, se fue de vacío, entre el silencio de un respetuoso público.