Se presentó en el coso madrileño de Las Ventas en 1981, toreando a las órdenes de Manolo de los Reyes.
Víctima de un infarto, el que fue picador de toros profesional Demetrio Aguirre Zubizarreta falleció el pasado martes en Nicaragua, país donde había establecido su residencia.
Nació el 29 de febrero de 1960 en Falces, aunque desde niño vivió con sus padres en Tudela. Hijo del ganadero Julio Aguirre (fallecido en septiembre de 2010), desde muy pequeño le gustaba montar a caballo y comenzó a picar las becerras en las tientas de casa. Tenía entonces 15 años.
La primera plaza en la actuó fue la de Pamplona, en un festival matinal de San Fermín. Después, toreó algunos festivales en plazas de pueblo cercanas a su localidad natal.
Para llegar profesional tuvo que vestirse de luces quince veces, figurando como reserva, sin llegar a actuar. Después, sumó siete más toreando en una cuadrilla. Y así, en 1979, logró el carnet de picador profesional y pudo torear libremente con todo matador que lo contratase.
De este modo, comenzó a torear entre treinta y cuarenta novilladas por año y una siete u ocho corridas de toros, varias de ellas formando parte de la cuadrilla de Nimeño. Así, por ejemplo, cerró la temporada de 1983 con 62 funciones toreadas. Y asimismo se las tuvo que ver con encierros de ganaderías duras, como uno de Miura, en Francia, el 17 de mayo de 1981.
En Pamplona, picó por primera vez el 7 de junio de 1981, en una novillada en la que se lidiaron seis utreros de Manuel Álvarez. Toreó a las órdenes de Manuel Montes (vuelta y palmas), que alternó con Víctor Mendes (oreja y dos orejas) y José Cubero “Yiyo” (palmas en ambos). El varilarguero falcesino picó al cuarto con magnífico pulso y dejó un puyazo en todo lo alto.
Ese mismo año se presentó en el coso madrileño de Las Ventas, toreando a las órdenes de Manolo de los Reyes; poco después, ingresó en la cuadrilla de Vicente Yesteras. Continuó en activo formando parte de cuadrillas de toreros como Fermín Vioque, El Bayas, o Rafael de la Viña, al que respetó las fechas varios años. En Las Ventas picó para Raúl Zorita, Paco Machado, José Luis Palomar, Juan Ramos, Raúl Aranda, El Tato o Jesús San Juan, ambos novilleros todavía, y también para Pedrito de Portugal.
Su buen hacer le llevó a recoger numerosos premios, tanto en España como en Francia. El primero de ellos –Salmón de Plata- lo consiguió en 1981, en la localidad cántabra de Ampuero.
En el otro lado de la fortuna, el más grave percance de su profesión lo sufrió en julio de 1990, en la plaza francesa de Mont de Marsan. Un toro de Victorimo Martín le derribó y su caballo cayó encima de él, lo que provocó la fractura del fémur de la pierna derecha.
Después, tras permanecer seis años alejado de su profesión, reapareció en los ruedos en 1999. Casado y padre de un hijo, marchó más a tarde a Nicaragua, donde estableció un negocio de ganado manso y fijó su residencia. Y ha sido en ese país donde, por expreso deseo, ha sido enterrado. Descanse en paz.