Javie Antón, con la diestra, ante el segundo utrero de la jornada.
Los tres matadores de toros y el novillero probaron la bravura de cuatro cuajados utreros de Zahorí, que se caracterizaron por su nobleza.
La localidad navarra de Falces recobró el pasado domingo su ambiente taurino. Y lo hizo con la celebración de un tentadero de cuatro utreros de Zahorí, novillos cuajados, cercanos a cumplir los cuatro años, que se caracterizaron por su nobleza, lo que permitió el lucimiento de Esaú Fernández, de los navarros Javier Antón y Javier Marín, y del novillero Diego García.
La suerte de varas corrió a cargo del tudelano Juan Manuel Sangüesa, quien, como siempre, cumplió su misión con profesionalidad. Suerte de varas que fue presenciada, entre otros, por reconocidos taurinos como Jesús Macua, Félix Azcona ‘El Vivo’ y Pepe Amilburu.
El ganado tentado tenía dos procedencias: por un lado, Osborne, vía Hermoso de Mendoza, y por otro, Marqués de Domecq. No decepcionó a nadie. Todo lo contrario. Como ya se ha indicado, atesoró mucha nobleza y clase, especialmente el cuarto, digno de vacas.
Ante tal materia prima, destacó el temple de Esaú Fernández, la finura de Javier Antón, la quietud de Javier Marín y el dominio de Diego García, que dejó clara muestra de su proyección. Y, sobre todo, la tienta satisfizo al ganadero Javier Olcoz, titular del hierro Zahorí.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX