EL TENTADERO MÁS NAVARRO DE LA HISTORIA TAURINA DE FRANCIA

Derechazo largo y templado de Francisco Marco a una cuatreña de Hermanos Domínguez

La plaza de Orthez acogió la tienta de siete vacas funesinas de Hermanos Domínguez, prueba en la que intervino el diestro estellés Marco y el picador tudelano Sangüesa

Nunca un tentadero en Francia había concentrado tanto aroma taurino navarro. La plaza de Orthez, en Landas, tuvo el pasado tal privilegio, el de albergar un tentadero que comenzó con sabor a festival, ya que los seis toreros que intervinieron, impecablemente vestidos de corto, hicieron el paseíllo ante unas quinientas personas y antes de que comenzase la prueba propiamente dicha.

En el pequeño corral del citado coso francés esperaban siete vacas, de edades diversas, de los funesinos Hermanos Domínguez, reses marcadas con el hierro de Pérez Escudero, vacada de procedencia Santa Coloma, línea Saltillo, que estos ganaderos navarros compraron a finales del año pasado.

Una tras otra, fueron saltando a la arena francesa bajo la atenta mirada de Adrián y Enrique Domínguez, primos carnales que están al frente de la vacada de bravo. Y ambos salieron muy satisfechos de la tienta, pues todo el ganado, con sus matices, resultó noble, tuvo clase en general y permitió la ejecución de largas faenas.

El tudelano Juan Manuel Sangüesa pica en Orthez una vaca de Hermanos Domínguez

Pero antes de que éstas llegasen, les esperaba en el ruedo, montado en un caballo de la famosa cuadra de El Pimpi, el picador tudelano Juan Manuel Sangüesa, que realizó su labor de una manera tan profesional como medida, sabiendo templar el castigo de la puya según la edad y características de cada res.

Y para completar el aroma navarro, Francisco Marco fue el encargado de tentar el segundo ejemplar, una vaca de cuatro años, con su carita, que acudió tres veces al peto. El estellés no tuvo suerte, pues esa cuatreña, sin resultar mala, fue la de menos calidad del todo el lote. Marco la toreó sereno y con perfecto sentido del temple por ambos pitones hasta que la materia prima se lo permitió. La vaca fue a menos, se lo pensó mucho a lo hora pasar y terminó parada. El navarro le dio todos los muletazos posibles y hasta se adornó con unas manoletinas finales.

Frascuelo ejecuta un largo natural ante la primera erala de Domínguez

Respecto al resto de los diestros, José Escolar “Frascuelo” se las vio con dos eralas que fueron un par de bombones por su dócil nobleza y clase. El veterano disfrutó ante ellas, dejó regusto de toreo añejo, basado en la quietud, y brindó la segunda a la ganadera Dolores Aguirre, que, terminado la tienta, recogió un premio en el Ayuntamiento de Orthez.

El madrileño Raúl Velasco alargó demasiado una faena ante una vaca de siete años, que se partió de salida, desde la cepa, el pitón izquierdo al derrotar violentamente contra un burladero. El sevillano Ángel Luis Carmona tampoco tuvo suerte con la materia prima; estuvo muy por encima de una vaca cuatreña complicada, por mirona e incierta, a la que le robó buenos derechazos y naturales a base de insistir.

Cerraron el tentadero el diestro Alberto Lamelas, que no pasó de voluntarioso ante una buena vaca de retienta, de siete años, muy en Victorino, y el novillero francés Cayetano Ortiz, que dejó gotas de buen estilo ante una erala muy codiciosa, la más chica del buen lote.

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