Pablo García Zambrana en Las Ventas antes de realizar un paseíllo.
A sus 58 años, ha decidido jubilarse después de permanecer los últimos ocho años en la cuadrilla del rejoneador Sergio Galán.
El veterano subalterno Pablo García Zambrana, nacido en la localidad jiennense de Úbeda pero afincado desde hace más de treinta años en Navarra, en la capital ribera, ha decidido jubilarse, colgar definitivamente el traje de luces e iniciar así una nueva etapa en su vida. “El 18 de junio cumpliré 59 años, una edad que te hace pensar muchas cosas. Por eso he decidido jubilarme, después de estar más de treinta temporadas como hombre de plata. Ahora toca afrontar una nueva etapa, disfrutar de la vida con mi familia”, aseguró ayer el banderillero.
García Zambrana, en su juventud, fue novillero sin picadores, no llegó a debutar con los del castoreño. Para reclamar oportunidades, peregrinó a Javier en 1984 con su amigo Curro Lamana y lo hicieron vestido de luces, lo que tuvo mucha repercusión en los medios de comunicación.
La situación no cambió y decidió engrosar las filas de los toreros de plata. De este modo, comenzó toreando a las órdenes de El Trueno y después lo hizo también en las de matadores de toros como David Luguillano, con el que permaneció cuatro temporadas, Pedro Carra, Francisco Javier Martínez “Paquiro”, Sergio Sánchez y Diego Urdiales, entre otros.
Y en su último etapa, toreó en la cuadrillas de rejoneadores como Álvaro Montes –tres años-, Rui Fernandes, Leonardo Hernández, Martín González Porras, Sergio Dominguez y Sergio Galán, con el que ha toreado las ocho últimas temporadas. “Toreé una tarde también a las órdenes de Pablo Hermoso de Mendoza. Fue en Zaragoza, cuando el maestro se encerró con seis toros en solitario. Nunca olvidaré esa cita”, recordó orgulloso quien ha sido asimismo doblador de los encierros en Tudela y, recientemente, asesor artístico, papel que desempeñó el mes pasado en la centenaria plaza de Fitero.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX