EL SEGUNDO ENCIERRO DE SANGÜESA, TRANQUILO Y CON TOROS DE RECAMBIO

Descendió el número de corredores con el cambio de ganadería. Fotografía: Jesús Garzaron.

Descendió el número de corredores con el cambio de ganadería. Fotografía: Jesús Garzaron.

No corrieron los utreros de Orellana Perdiz sino astados de Macua, de Larraga.

Había gran expectación en Sangüesa por ver cómo se comportaría en el encierro matutino de ayer el toro de la ganadería de Orellana Perdiz (Jaén) que el pasado jueves, en el desencajonamiento, se mostró muy alterado y acabó por matar a golpes a uno de sus hermanos y a un cabestro en pleno ruedo de la plaza; permaneciendo después toda la noche allí mismo y teniendo que ser reducido por Policía Foral con dardos tranquilizadores.

Sin embargo, la expectativas se vieron truncadas. Ayuntamiento y empresa optaron por sustituir para el encierro a los cuatro astados de este hierro que se lidiarían por la tarde por cinco toros de la ganadería de Macua. La medida se tomó “por precaución, visto el comportamiento de los animales”, que han permanecido estos días separados en distintos corrales.

Así las cosas, los toros de Macua, habituados ya a correr encierros de este tipo, completaron el recorrido prácticamente hermanados y en poco más de un minuto. No provocaron peligro alguno, y DYA sólo tuvo que atender a un mozo por una herida en la barbilla.

Menos atractivo

Se esperaban muchos corredores por ser encierro de toros y domingo, pero el número se vio reducido notablemente tras el cambio de ganaderías decidido en la tarde anterior, que corrió como la espuma. “Ha venido muy poco corredor y quien no se había enterado se ha ido defraudado. El atractivo que tenía se perdió con el cambio. Ha sido un encierro soso”, opinaba el corredor local Javier Ayesa.

Información de Aser Vidondo para Diario de Navarra.

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