La suciedad acumulada en la calle Mayor y un coche mal estacionado retrasaron quince minutos el inicio de la carrera.
Los novillos de la ganadería sevillana de La Quinta protagonizaron un primer encierro tranquilo y bonito, sin atenciones médicas y en la que los mozos, los de casa y a los que les dio tiempo a llegar después de correr en Tudela y en Milagro, tuvieron ocasión de lucirse.
Tres de las reses se mantuvieron hermanadas con los cabestros. El último novillo, descolgado de sus hermanos, llegó a causar un momento de confusión que no fue a más por la casta del animal.
El único incidente a señalar fue el retraso de 15 minutos que sufrió el encierro a causa de los trabajos de limpieza de la calle Mayor -zona de bares-, y un coche mal estacionado en la calle Delicias cuyo propietario tardó en ser localizado.
Información de Mari Paz Gener para Diario de Navarra.