EL NAVARRO JAVIER MARÍN SE ALZA CON EL II TROFEO EL CAMPANAL EN LA RIOJA

Marín, Toñete y Henche saludan al finalizar el festejo.

Marín, Toñete y Henche saludan al finalizar el festejo.

Antonio Catalán “Toñete”, de procedencia corellana, se presentó en público en este bolsín de Rincón de Olivedo ante ganado de Macua.

El novillero Javier Marín consiguió el sábado pasado en Rincón de Olivedo, barrio de la riojana Cervera del Río Alhama, el II Trofeo El Campanal a la mejor faena y cerró así, de la mejor manera posible, su temporada. Fue un festejo con regusto añejo pues se celebró en la irregular plaza del pueblo, entre talanqueras y balcones engalanados, y ante más de mil personas, que llenaron el recinto y disfrutaron con el toreo de los tres novilleros.

En este bolsín, se lidiaron, sin estoquear, tres añojos avanzados, bien presentados y mejor criados, del ganadero navarro Jesús Macua, que además ofrecieron buen juego, se dejaron torear.

A Marín, que hizo el paseíllo con el guadalajareño Adrián Henche y con Antonio Catalán “Toñete”, nacido en Madrid pero con raíces corellana, le correspondió el primero y el mejor de la tarde, un ejemplar que tuvo mucha calidad, sobre todo por el pitón derecho. Tal condición, le permitió al novillero de Cintruénigo rubricar una faena ligada y variada, de muy buen corte, premiada con la vuelta al ruedo, como las dos posteriores.

Toñete, por su parte, se las tuvo que ver con el tercero y último del festejo, un novillo que también atesoró calidad pero algo blando y de más corto recorrido. El joven novillero, de 16 años, que se presentaba en público en las plazas del norte, dio la cara y dejó clara muestra de su proyección, de la calidad que atesora su toreo, aunque, por la condición del noble astado, sólo pudo ejecutar medios muletazos por el pitón derecho.

Por último, Henche, al que se le vio muy rodado, se las tuvo que ver con el más complicado, el segundo, pero con su experiencia supo solventar la papeleta con soltura.

Como antaño, al terminar los tres novilleros pasaron el guante, un capote extendido que fue llenándose de monedas y billetes, y repartieron lo recaudado -800 euros- a partes iguales. Finalmente, el trofeo El Campanal fue a parar al joven de Cintruénigo, que jugaba con cierta ventaja, pues su madre, Feli Sainz, es natural de esta localidad riojana, que volvió a disfrutar de una tarde de toros dentro de sus Fiestas de la Juventud.

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