Pase por alto a una mano de Adame a un novillo de Santafé Martón, el sábado en Calanda. Fotografía: César Gracia.
Los cuatro novillos que lidió fueron aplaudidos en el arrastre y al tercero se le pidió la vuelta al ruedo.
El ganadero navarro José Ángel Santafé, de Villafranca, cosechó el sábado pasado un nuevo triunfo, esta vez en la plaza turolense de Calanda, donde los cuatro novillos que lidió fueron aplaudidos en el arrastre y al tercero se le pidió la vuelta al ruedo, aunque el presidente no la concedió.
Se enfrentaron a ellos el francés El Azabache y el mexicano Luis David Adame, quien a finales de julio sufrió una grave cornada en la plaza de San Adrián.
Al primero de ellos, de Arles, le correspondió un magnífico lote de erales. El que abrió plaza derrochó clase en la muleta y desbordó al novillero en más de una ocasión. Puedo cortarle trofeos pero no anduvo bien con los aceros y el público acabó guardando silencio. Su segundo tuvo muchísima transmisión, sobre todo por su magnífico pitón izquierdo; y además de nobleza, tuvo gran durabilidad, tanta que realmente soportó dos faenas del joven francés, quien consiguió cortarle una oreja.
El triunfador del festejo fue Luis David Adame, un novillero muy rodado, algo que se pudo apreciar en sus dos erales. Su primero, el segundo de la tarde, se caracterizó por su gran nobleza. El mexicano lo cuajó de principio a fin, tanto de capa como en banderillas y con la muleta. Tenía cortadas las dos orejas pero la estocada llegó tras dos pinchazos, por lo que el premio se redujo a un trofeo. El doble trofeo lo consiguió del que cerró plaza, un novillo muy noble, algo blando, que permitió a Adame lucirse con la capa, con los rehiletes y con la muleta, en una completa faena que terminó con una estocada hasta la bola.
Al finalizar el festejo, el último de la temporada de Martón, José Luis Bote, apoderado de Adame, resumió la novillada: “La novillada ha sido magnífica, ha atesorado mucha clase; algún novillo no ha andado sobrado de fuerza, pero ninguno ha acusado esto en el último tercio, porque, además clase y nobleza, los novillos han tenido un fondo extraordinario”.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX