Sus hijos, Roberto y Víctor, se vieron obligados a dar la vuelta al ruedo el sábado pasado tras el desafío de bravura de este hierro de Ablitas.
El prestigio que ya atesora la ganadería de José Arriazu ha salido reforzado tras terminar la feria de El Pilar de Zaragoza, pues la bravura de sus reses ha triunfado tanto en el espectáculo Especial Arriazu como en el XXXII Concurso de Roscaderos, celebrados el pasado fin de semana.
El centenario coso de La Misericordia acogió en la mañana del sábado el Desafío Arriazu. La bravura de los toros, capones y vacas de este hierro de Ablitas hicieron las delicias del público, gracias también a la buena labor de los movedores. Fue tan rotundo el triunfo de este ganado de Casta Navarra que los hijos del ganadero, Roberto y Víctor Arriazu, se vieron obligados a dar una aclamada vuelta al ruedo.
Y ya la noche anterior, la del viernes, esta ganadería navarra había dejado muy alto su pabellón en el citado concurso de roscaderos, que llenó la plaza de toros. La suerte del roscadero o del cesto es una de las manifestaciones taurinas más características de Aragón y concretamente de la provincia de Zaragoza. Consiste en recibir el mayor número de embestidas de las reses, ayudados exclusivamente de un cesto de mimbre.
En esta ocasión, se dieron cito en el ruedo maño las doce mejores cuadrillas de roscaderos, que se enfrentaron a otras tantas vacas de Arriazu, que ofrecieron buen juego, propiciaron un buen espectáculo y demostraron por qué esta ganadería está considerada como una de las mejores de España en festejos populares por su fuerza y su bravura.