EL ENCIERRO CON NOVILLOS DE ESTELLA SE PROLONGÓ MÁS DE UNA HORA

Pese a las escenas de peligro que se vivieron en el recorrido, con cientos de espectadores, no hubo que lamentar heridos. Fotografías: Monttxo A. G.

Pese a las escenas de peligro que se vivieron en el recorrido, con cientos de espectadores, no hubo que lamentar heridos. Fotografías: Monttxo A. G.

Las reses se movieron a su antojo en una suelta sin heridos. Se tumbaron e hicieron caso omiso a mozos y mansos.

El de ayer fue un encierro histórico, peculiar e insólito. Histórico por su duración, una hora, siete minutos y 40 segundos desde que sonó el primer cohete. El más largo de la ciudad, sin duda. Peculiar por su propia crónica. Tres novillos sueltos, cada uno por separado, subiendo y bajando por el recorrido a su antojo. E insólito por todo lo que se escenificó. Dos de los animales hasta se tumbaron en una jardinera y comieron de sus plantas. Pero, sobre todo, porque a pesar de los arranques y las embestidas de los animales y el suelo mojado que dejó la lluvia que cayó antes de la suelta, no hubo que lamentar ningún herido.

Toda una suerte que protagonizó la ganadería Herederos de Ángel Macua, de Larraga. A los cinco novillos, dos negros y tres colorados, les costó salir de la plaza de toros en el encierrillo previo. Allí descansaban tras la jornada de recortes del lunes, donde uno de ellos, Sabanero, corneó de gravedad al joven Javier Prádanas, que evoluciona favorablemente.

Una vez en el recorrido, tardaron poco en llegar hasta los corrales, donde volvieron a retomar el camino a la inversa a las nueve de la mañana. Pero, en esta ocasión, se tomaron su tiempo. En la plaza Santiago, uno de los dos morlacos negros se quedó en los soportales mientras otro castaño se adelantaba a la manada, acompañada por dos cabestros, para darse la vuelta al final de la cuesta de Entrañas.

Más adelante, ya en la avenida de Yerri, otro animal se giraba al vallado. Durante más de media hora corrieron a su gusto, generando numerosos momentos de tensión.

Un oasis como jardinera

Ya con la valla de la calle Mayor cerrada, los mozos, aprovechando lo insólito de la situación, recortaron a los novillos que demostraron en más de una ocasión su bravura. Incluso, uno de los colorados persiguió a un joven que escapó del astado trepando por una tapia con una jardinera a sus pies. Ayudado por otro corredor, ya desde las alturas, el mozo vio cómo el animal se tumbaba sobre la tierra. Un momento que aprovecharon las autoridades para cerrar el vallado que da paso a la plaza Santiago y acotar así el recorrido, cercando más a los novillos hacia coso.

La jardinera también llamó la atención del otro novillo castaño que, poco después, relevó al primer morlaco tumbándose durante unos 15 minutos. Inmóvil, y sin mostrar intención de bajar, se alimentó con algunas de las plantas allí sembradas. Sólo otro de los animales hizo reaccionar al astado que volvió al asfalto, aunque sin ninguna intención de encaminarse hasta el corral.

Mientras, los otros dos novillos, uno en la puerta del convento de Recoletas y otro hacia la mitad de la avenida de Yerri, avivaban el espectáculo. Hasta en cinco ocasiones tuvieron que salir los mansos para recoger, en vano, al resto de la manada. Pasados los tres cuartos de hora de encierro, el novillo negro enfilaba hacia el coso y, poco después, lo hacía el de pelaje chorreado.

El último rojizo se resistió más. Ni un buey guiado por un pastor pudo dirigirle al ruedo. Hizo falta una pica eléctrica para empujarle en su camino de vuelta. Entre los aplausos de los espectadores, que contemplaban atónitos el espectáculo, el morlaco encauzó el último tramo hasta llegar a la arena del ruedo estellés, que pisó a las diez y siete minutos.

Minuto a minuto.

09:00 Los cinco novillos y los dos mansos salen de los corrales.

09:03 Un morlaco colorado se adelanta y otros dos novillos se paran en la plaza Santiago.

09:04 El cabeza de manada se da la vuelta en Recoletas.

09:12 Dos mansos intentan en vano recoger al ganado distribuido en Yerri, Entrañas y plaza Santiago.

09:27 Cierran el vallado de la cuesta de Entrañas dejando a los novillos en el segundo tramo.

09:31 Por tercera vez salen los mansos, 5 esta vez, sin resultados.

09:37 El novillo negro retoma el camino al ruedo y el chorreado le sigue con los mansos.

09:43 Tras 10 minutos inmóvil sobre una jardinera el otro colorado es incitado, sin éxito por un manso.

10:01 Varias sacudidas con la vara eléctrica avivan al animal que enfila, por fin, hacia el coso.

Información de Susana Esparza para Diario de Navarra.

Encierro con novillos 2. 0-VIII-2016 Encierro con novillos 3. 9-VIII-2016

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