El grupo de aficionados pamploneses en la ganadería de Baltasar Ibán
Concretamente, pudo contemplar las camadas de Baltasar Ibán, El Ventorrillo, El Montecillo, Alcurrucén y Victoriano del Río.
Acompañado por un clima frío pero seco, medio centenar de socios del Club Taurino de Pamplona aprovechó el puente foral para visitar cinco ganaderías de bravo de la zona centro; concretamente, dos madrileñas y tres toledanas.
La primera jornada campera la vivieron el día 30 en El Escorial, en Cortijo Wellington, donde se crían los toros de Baltasar Ibán. Al día siguiente se desplazaron hasta la localidad toledana de Los Yébenes, a la finca Robledo de los Osillos, propiedad de Fidel San Román, donde se crían los toros de El Ventorrillo, de procedencia Juan Pedro Domecq.
Tras una jornada de descanso, los socios del club taurino viajaron el día 3 a tierras toledanas de Orgaz, a la finca El Montecillo, nombre asimismo de esta ganadería, también de procedencia juampedro.
La penúltima parada campera, el 4 de diciembre, tuvo por destino la localidad toledana de Urda, concretamente la finca El Cortijillo, donde los pamploneses pudieron contemplar la camada de Alcurrucén, hierro de procedencia Carlos Núñez.
Visitadas estas cuatro vacadas de bravo, los aficionados del club taurino regresaron el viernes pasado a Pamplona pero, de camino, aprovecharon la jornada para conocer en la madrileña Guadalix de la Sierra la finca El Palomar, donde se crían las reses bravas marcadas con los hierros de Victoriano del Río y Toros de Cortés, ambos de procedencia Juan Pedro Domecq.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX