Primero pisaron el ruedo los utreros de Campos Peña, destinados a rejones y después, el encierro de Sobral, en dos partes, de cuatro astados cada una.
La plaza de toros de Peralta abrió sus puertas ayer para llevar a cabo el desencajonamiento de las dos primeras corridas de la feria. En primer lugar, se desembarcó la corrida de Campos Peña, formada por cuatro utreros, todos de capa negra. Y después le tocó el turno al encierro de Sobral, que llamó la atención por astifino y por la variedad de capas que presenta.
Los novillos de Sobral abrirán la feria mañana, a partir de las seis de la tarde, y serán lidiados por el pamplonés Francisco Expósito, que se despedirá de novillero, y por Arturo Gilio y Marcos Linares. La de Campos Peña, dos días después, por los rejoneadores Sergio Domínguez y Ana Rita.