Curro de la Casa triunfó en San Adrián. Fotografía: Isabel Virumbrales.
Noble y manejable novillada de Puerto de San Lorenzo, a la que Fabio Castañeda le cortó un trofeo.
FICHA TÉCNICA.
Ganado.
Cuatro erales de Puerto de San Lorenzo, el cuarto con el hierro de La Ventana del Puerto, bien presentados, serios y con kilos, manejables y nobles.
Novilleros.
Fabio Castañeda: silencio y oreja.
Curro de la Casa: oreja en ambos.
Incidencias.
Tres cuartos de plaza. Tarde soleada y agradable.
El inicio del Espárrago de oro no pudo ser mejor, el encierro del Puerto de San Lorenzo y La Ventana propició que los dos actuantes cortaran orejas. Ambos novilleros se mostraron voluntariosos, pero con conceptos muy distintos.
Curro de la Casa resultó triunfador, cortó una oreja a cada uno de sus novillos dejando intuir muy buenas maneras. En su primero derrochó clase con el capote. Se le vio cómodo toreando con la muleta y basó su faena en la mano izquierda, toreó asentado sin moverse del sitio y mató de estocada trasera tras pinchazo. La presidencia le otorgó un apéndice.
El que cerró plaza tuvo una embestida más violenta que el resto del encierro, pero el de Guadalajara volvió a demostrar su buen hacer con las telas tanto con el capote como con la muleta. Volvió a basar su faena en la mano izquierda, se quedó en el sitió y toreó echando los vuelos y bajando la mano a un ejemplar de la Ventana del Puerto que acabó quedándose corto por ambos pitones. Lo pasaportó con media estocada y paseó una oreja
Fabio Castañeda se encontró con un primer novillo cuya mejor virtud fue la fijeza. Lanceó a la verónica desde el tercio rematando con una bonita media. En banderillas estuvo poco atinado. Brindó al respetable y con la pañosa le costó cogerle las distancias al eral que embestía templado. Toreó por ambos pitones sin llegar a ponerse en el sitio. Lo más destacable de su actuación fueron algunos muletazos sueltos por el pitón izquierdo. Falló con los aceros.
Recibió a su segundo con una larga cambiada de rodillas en el tercio, y se lo sacó a los medios toreando a la verónica. En banderillas realizó una ejecución perfecta en el primer par ajustándose en el embroque. Con la muleta se mostró afanoso ante un utrero que por el pintón izquierdo derrotaba al final de cada pase. Con la derecha logró cogerle tanto el sitio como la distancia dejando muletazos de bonita estampa. La estocada se fue atrás, aún así el tendido decidió pedirle la oreja.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX