Andrés Romero pasea una oreja bajo la fuerte lluvia. Fotografía: Rafael Villafranca.
El onubense Andrés Romero fue premiado por su entrega bajo el chaparrón.
Ganado: Dos toros de la ganadería El Collado, manejables.
Joana Andrade: Silencio.
Andrés Romero: Oreja.
Presidencia: A cargo de Susana Pérez Rosano, correcta.
Incidencias: Algo más de un cuarto de entrada. El festejo tuvo que suspenderse por una fuerte tromba de agua en el segundo toro de la tarde.
Una tromba de agua en el tramo final de la faena del segundo toro de la tarde dejó en muy mal estado el albero de la plaza de toros de la localidad ribera de Cascante, lo que motivó la suspensión del festejo de rejones que se celebraba.
La presidenta del festejo, Susana Pérez Rosano, adoptó esta decisión a las 18.45 horas, después de escuchar a los delegados de la autoridad y a los dos rejoneadores. Fue “debido a que el drenaje de la plaza no era capaz de absorber el agua caída y el estado del albero era un peligro tanto para los caballos como para los toreros”.
Se dio así por finalizado un festejo programado con motivo de las fiestas patronales que celebra el municipio y que, hasta entonces, transcurría en un tono muy gris. Parte del público no aceptó la decisión y gritó repetidamente: “Sí se puede” continuar el festejo.
La encargada de abrir el festejo fue la rejoneadora portuguesa Joana Andrade, que sustituyó por baja médica a su compatriota Ana Rita. Su faena resultó lamentable
en todas las suertes que ejecutó, siendo derribada del caballo por el colorado Talonero. No logró matarlo, teniendo que intervenir el sobresaliente Alejandro Lalana.
Algo mejor estuvo el onubense Andrés Romero, que realizó con arrojo la mitad de su faena bajo una tromba de agua. Romero no estuvo muy acertado a la hora de matar, pero el público valoró el valor y pundonor demostrado bajo la lluvia y se le concedió una bondadosa oreja.
Texto: Rafael Villafranca.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX