Un momento de l a traída de ganado con Artajona al fondo. Fotografía: Ahora Zona Media.
Alrededor de 30 jinetes condujeron a siete vacas y dos mansos de la ganadería Hípica Zahorí a lo largo de ocho kilómetros.
Los vecinos revivieron ayer los encierros que se celebraban hasta mediados del siglo XX, en los que corrían delante de las reses por los campos antes de llegar al pueblo. Por primera vez en fiestas, se rememoró la tradición con una traída de ganado en la que casi 30 jinetes condujeron a lo largo de ocho kilómetros a siete vacas y dos mansos de la ganadería Hípica Zahorí de Falces.
A las diez de la mañana se reunieron los caballistas inscritos al evento en un almuerzo popular. “Podía apuntarse cualquier persona que supiese montar a caballo. Por eso hemos tenido alguna dificultad para guiar al ganado, porque tan solo unas ocho personas tenían experiencia en este tipo de labores. Si repetimos, trataremos de mejorar este aspecto”, comentó Jon Catalán Jaso, artajonés de 34 años encargado de promover y organizar la actividad junto con la comisión de Festejos del Ayuntamiento de Artajona.
Con los estómagos llenos, a las once se inició el recorrido de ocho kilómetros que comenzó en el lavadero y continuó por el paseo del Chorro hasta la ermita de la Virgen de Jerusalén y, tras atravesar varios campos de cereal y caminos, vacas y jinetes llegaron al corral de los Medios.
Decenas de personas que se acercaron andando, en coche, en bici, en quad o en moto esperaban la llegada de las reses. Pero hubo un grupo de vecinos que decidió acompañar a las vacas a lo largo de todo el trayecto y no encontraron mejor forma de hacerlo que en un remolque tirado por un tractor.
Era la cuadrilla ‘La abuelita’, a la que pertenece el propietario del tractor, Juan Luis, alias Carica. El remolque estaba adecuado con bancos, mesas e incluso paraguas de colores que protegían a sus integrantes del sol. La bebida y la comida tampoco faltaron. “Llevamos desde las once persiguiendo a las vacas. Nos los estamos pasando en grande, es muy bonito”, comentó Asten Larrea. “Estamos recordando aquellos tiempos en los que nos trasladábamos al río en Larraga en tractor”, añadió María José Iriarte.
Los jinetes pasaron a escasos metros del remolque controlando que las vacas siguiesen el camino adecuado. “Es muy buena idea añadir al programa actividades de día, ojalá lo repitan”, dijo Jeru Iriarte. “Es una experiencia muy bonita”, se sumaron Chuchin y Chari, vecinos de Berbinzana.
Vacas manejables
“Las reses son avileñas, una clase que tienen apariencia de bravas pero no lo son, son para carne y están acostumbradas a largos desplazamientos como la trashumancia. Son típicas de la zona de Madrid y Ávila”, explicó Catalán. Este aficionado a los caballos y a la tauromaquia aseguró que los vecinos que se encontraban a lo largo del recorrido en campo abierto no corrían peligro, salvo que las vacas se escapasen en dirección a ellos.
“Lo que crearía problemas es que huyesen hacia el público en estampida. Son animales con los que siempre hay que tener cuidado”, añadió. “Son manejables y están acostumbradas a que las guíen, si no por seguridad con otro tipo de animales no se podría hacer algo así”, reiteró el concejal Roberto Zabalegui.
Hacia las 12.30 pasadas, el ganado llegó al Cerco de Artajona, donde una vaca de repente escapó y provocó suspiros ahogados y chillidos entre los espectadores. Todo se quedó en un susto, ya que varios jinetes corrieron tras ella y la reunieron con el resto después de media hora.
Una vez en el pueblo, tuvo lugar uno de los momentos más esperados por los vecinos que se agolpaban en el vallado. Como si de un encierro se tratase, los jinetes guiaron a las vacas por las calles Hospital y Eugenio Mendioroz hacia el centro del pueblo y luego tan solo los caballos volvieron a descender.
“La comisión taurina de vecinos que promovimos la idea todavía no hemos hablado con el Ayuntamiento, pero yo creo que repetiremos. Parece que a la gente le ha gustado”, afirmó Catalán.
Información de Beatriz Díaz para Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX