José Mena en el momento de marcar una becerra burraca.
Los ganaderos de Arguedas, padre e hijo, marcaron recientemente 74 reses de ambas procedencias de bravo.
La finca Las Landas de Arguedas vivió recientemente una intensa jornada campera, ya que se marcaron nada menos que 74 becerros, entre machos y hembras. Pese al mal tiempo reinante, muy generoso en lluvias, se herraron, bajo techado y a muy buen ritmo, sesenta ejemplares de la tierra -machos treinta y tres de ellos-, con el hierro del veterano ganadero Alfredo Íñiguez Delmas, y catorce –ocho hembras y seis machos- con el de su hijo, Alfredo Íñiguez Moncayola, joven de 33 años que ha apostado por el origen Juan Pedro Domecq, vía Cayetano Muñoz.
Esta ganadería navarra se creó oficialmente en 1988, aunque el padre ya tenía reses bravas desde seis años antes. Echó a andar con una punta de vacas compradas a Julio Aguirre y con posteriores adquisiciones a Jesús Idiazábal y a los hermanos Lahuerta, incluido un semental de este hierro.
Actualmente, este hierro, que lidió en Pamplona, en las fiestas camperas de San Fermín, cuenta con unas trescientas vacas y setenta machos, entre añojos, erales, utreros, algún cuatreño y cinco sementales. Por su parte, el hierro de su hijo agrupa a una treintena de vacas.
Según indicó tras el herradero José Mena, asiduo colaborador de esta vacada de bravo, de la que fue mayoral, esta temporada no se lidiarán en plaza animales con el hierro de Íñiguez aunque sí en festejos populares. “Teníamos cuatro erales pero los hemos vendido a la zona de Madrid, donde aprecian nuestro ganado. Donde sí estaremos presentes, al igual que el año pasado, es los festejos de calle de unas quince localidades de Navarra, Aragón y La Rioja”, explicó Mena.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX