Derechazo de Agustín de Espartinas al utrero de Macua.
El matador de toros sevillano se las vio con un ejemplar de Torregrande, otro de Los Recitales y un tercero con el hierro del ganadero de Larraga.
La plaza de toros de Peralta fue el escenario el sábado pasado de un tentadero de tres machos de Jesús Macua, tres ejemplares de distintos hierros que ofrecieron un comportamiento asimismo dispar. El tentadero se llevó a cabo ante la presencia de doscientos aficionados y se enmarcó dentro de la conmemoración del vigésimo aniversario del Club Taurino de Peralta.
La suerte de varas corrió a cargo de picador tudelano Juan Manuel Sangüesa, que ofreció otra muestra de su progresión profesional. De la lidia se encargó el matador de toros Agustín de Espartinas, un diestro de 27 años que ha toreado y triunfado en las tres últimas ferias de Estella.
En primer lugar, saltó al ruedo un cinqueño de Torregrande, ganadería pacense de procedencia Jandilla, un toro con mucha calidad pero con poca fuerza. Después, le toco el turno a un utrero marcado con el hierro de Herederos de Ángel Macua, un novillo serio, cuajado, que aceptó con clase el capote del sevillano, que empujó en dos encuentros con el caballo pero que se mostró orientado en la muleta y resultó muy peligroso.
Y por último, se tentó un cuatreño de Los Recitales, hierro sevillano de procedencia Domecq, un ejemplar que atesoró mucha calidad pero que careció de fuerzas, tanto que apenas fue picado. El espada de Espartinas lo entendió a la perfección y lo llevó toreado a media altura, siempre muy empapado en la muleta.
Los aficionados peralteses abandonaron la plaza satisfechos de lo presenciado, tanto por el juego variado de los toros como por el buen hacer del matador de toros.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX