Lodosa soltó su toro ensogado en Onteniente el viernes por la noche.
Un centenar de navarros habían viajado a la localidad valenciana al congreso nacional del toro de cuerda.
El casi centenar de aficionados, sogueros y corredores de Lodosa, que el pasado fin de semana acudieron Onteniente (Valencia) para participar en la novena edición del Congreso Nacional del Toro de Cuerda, vivieron conmocionados la trágica muerte de Luis Fernando R. B., de 35 años, que el sábado por la tarde fue corneado por uno de los astados. En el congreso nacional han participado 14 localidades de todo el territorio nacional donde tienen lugar las salidas de toros con soga o de cuerda. El objetivo de la reunión, es el de proteger y ensalzar este tipo de espectáculos.
Durante el congreso, cada una de las peñas o asociaciones de los municipios participantes sacó su propio toro para que el resto de los aficionados apreciasen su forma de ensogarlo o llevarlo, embolado o sin embolar con la soga colocada por delante o sujetándola por detrás.
Lodosa sacó su toro casi nada más llegar, el viernes a las 12 de la noche, con gran éxito entre el público que llenaba las calles de Onteniente, según señaló Juan Antonio Vaquero, representante de la peña Lodosa por el toro.
A pesar de la seguridad
La muerte del vecino de Onteniente, de 35 años, tuvo lugar el sábado por la tarde y sacudió a todos los aficionados. “Sobre todo porque la organización era casi perfecta. Había tres hospitales de campaña en Onteniente y presencia de Cruz Roja cada pocos metros”, indicó Vaquero. El suceso se produjo sobre las 19.30 horas cuando el tercer toro, correspondiente a la localidad de Chiva, embistió de forma violenta a la víctima en el momento en que intentaba acceder a uno de los “cadafeles” -una estructura similar a un andamio que usa como burladero-, donde se resguardaba su comparsa y que estaba situado en la Plaza Mayor.
Juan Antonio Vaquero explicó que la víctima vio al astado que en ese momento bajaba por una calle empinada y corrió hacia el cadafel o burladero. Sin embargo, acabó por cruzarse con la trayectoria del morlaco. La cornada ocasionó una herida incisa en el hemotórax derecho del vecino de Onteniente que provocó su muerte fulminante. Pese a que la cogida se produjo a escasos diez metros de uno de los tres hospitales de campaña instalados por la organización, los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por reanimarlo. “Fue una auténtica tragedia. Es lo peor que puede pasar, pero no se pueden buscar culpables”, comentó el miembro de la junta de la peña Lodosa por el toro, que presenció lo ocurrido a escasos metros.
Tras la muerte del hombre, la comisión organizadora del IX Congreso de Toro de Cuerda de Onteniente decidió suspender el resto de los festejos. “Nos reunimos todos los representantes de las peñas que habíamos ido a Onteniente y se aprobó por unanimidad”, indicó Vaquero. Sin embargo, al día siguiente, domingo, y a petición de la propia familia del fallecido, se sacó el último astado, en este caso ensogado y paseado por los aficionados de Gestalgar, municipio de Valencia, que decidieron sacarlo embolado a la manera de Onteniente y llevarlo hasta el barrio del hombre corneado, como homenaje póstumo.
Información, Mari Paz Gener, para Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX