Los toros de Peñajara protagonizaron un bonito encierreo. Fotografía: Eduardo Buxens.
Los seis serios toros de Peñajara protagonizaron una carrera sin heridos en algo más de un minuto.
Era el encierro grande, el del domingo, y con toros de la ganadería de Peñajara que se lidiarían en la corrida de la tarde. Y eso se notó. Desde media hora antes de que diera comienzo, sobre las 8.30, ya empezaba a resultar complicado aparcar en las inmediaciones del recorrido y, por supuesto, coger sitio en los vallados. Quienes optaron por correr el encierro, uno de los últimos de la temporada, destacaron que pudieron hacerlo bien.
Fue una carrera limpia, sin atenciones entre los corredores. Nada más salir de los corrales de San Salvador, uno de los seis toros se cayó, y otro lo hizo poco después, a la altura del albergue de peregrinos. Así lo reconoció uno de los pastores del encierro, Juan Carlos Oiza. “Eso ha hecho que la carrera tardara un poco en arrancar. Pero luego los toros han ido a buena velocidad, algo menor incluso que el sábado, y se han visto carreras muy majas y un ambiente estupendo”, indicó.
La manada completó los apenas 500 metros del recorrido en poco más de un minuto, y llegó a la plaza con cinco de los toros por delante, enfilados, y un sexto algo más rezagado, lanzando derrotes y arropado por los cabestros.
Teo Lázaro Armendáriz, donostiarra de 40 años y veterano corredor, destacó “la extraordinaria presentación de los toros, que valdrían por trapío para Pamplona”. “Iban por delante, realizando algún extraño y sacando la cara, pero sin rematar hacia las tablas”, expuso.
Puso sobre la mesa también el hecho de que se vieron muchos chavales jóvenes. “Una nueva generación va tomando el relevo en Navarra, este año se ven más, y sobre todo en encierros como éstos”.
Una de estas nuevas caras, el pamplonés Pedro Hernández, de 19 años, que acudió a correr junto a su padre, indicó que se esperaba más corredores para ser domingo. “Se ha podido correr bien”, apuntó.
En equipo
Cruz Roja dispuso ayer de un amplio dispositivo asistencial en el encierro de Sangüesa. Aglutinó a 19 voluntarios de Sangüesa, Pamplona, Burlada y Tafalla, y contó con 3 ambulancias.
También claves en los encierros, y en toda la programación taurina, son el grupo de pastores que comanda Ángel Moreo Cuella, quien desempeña esta labor desde hace ya 34 años. Es el más veterano. “Nos trae aquí cada año la afición por los cuernos”, ironizaba ayer José Antonio Chamorro Estévez, otro de los pastores. “Si no, no se explica que estemos a las 7 de la mañana para preparar el encierrillo y salgamos a las 9 de la noche, tras la corrida, sólo yendo a casa un par de horas para comer”, expuso. “Lo más complicado es el encierro, donde además de los toros tienes que estar pendiente de la gente”, aseguró.
Información de Aser Vidondo para Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX