El borrador del reglamento también actualiza el importe de los seguros que tienen que suscribir los organizadores.
El segundo gran bloque del borrador de reglamento taurino está dedicado a los festejos populares, a los que la actual regulación dedica solo un artículo (aunque en 2012 se dictó una Orden foral sobre las condiciones del vallado).
Una de las principales novedades es la creación de la figura del director técnico, que “ejercerá la dirección del espectáculo y controlará su desarrollo”, y que será nombrado por la empresa organizadora del encierro o la suelta de vacas.
Esta es una figura distinta de la del profesional taurino que ya exige la normativa actual, y cuyas funciones también aclara el borrador.
En el caso del director técnico, le atribuye la responsabilidad de la prevención y control de riesgos, o la supervisión de los vallados y cerramientos. También estará encargado de comprobar que estén presentes los medios sanitarios exigidos y el profesional taurino, y deberá controlar que no se someta a las reses a un trato cruel, funciones todas ellas que hasta ahora asumía la Policía Foral.
Además, este director técnico será el encargado de “impedir la permanencia en el recinto o el recorrido” de las personas que estén ebrias o bajo los efectos de las drogas, sin condiciones físicas para participa r o a las que cualquier otra circunstancia convierta en un peligro.
Además de la presencia de un director técnico, el borrador obliga a aprobar un plan de seguridad, que deberá ser elaborado por ayuntamientos y concejos en el caso de que sean espectáculos en espacios públicos y por las empresas si son recintos privados.
El Gobierno de Navarra deberá contar con estos planes de seguridad antes de autorizar los espectáculos.
El plan de seguridad deberá aprobarse una sola vez y solo será necesario actualizarlo cuando cambien las circunstancias del espectáculo; por ejemplo, si se modifica el recorrido de un encierro.
El plan de seguridad también será obligatorio para las ganaderías que celebran capeas sueltas de reses en sus instalaciones.
El reglamento prevé que se puedan establecer medidas de seguridad menos exigentes “especialmente en cuanto a las condiciones del lugar de celebración” a lo que llama “espectáculos taurinos populares tradicionales”, los que lleven celebrándose desde hace al menos veinticinco años con “determinadas peculiaridades”.
El borrador de reglamento reconoce de forma expresa el carácter tradicional de tres espectáculos: el toro ensogado de Lodosa, el encierro del Pilón de Falces y la traída de vacas de Cintruénigo.
El borrador del reglamento también actualiza el importe de los seguros que tienen que suscribir los organizadores, tanto de los festejos populares como los de lidia tradicional, y que deberán cubrir 300.000 euros para atender a la responsabilidad civil por daños, 60.000 euros por muerte o invalidez para el seguro de accidentes y 6.000 euros por cada atención, en caso de asistencia médica y estancia hospitalaria.
El borrador termina con varios anexos. Uno de ellos regula las características técnicas de las plazas de toros, tanto permanentes como portátiles. Otro hace referencia a los recintos de los espectáculos populares (e incluso regula los elementos que se utilizan en vaquillas tipo Grand Prix) y los vallados de los encierros, en un apartado que reproduce lo establecido en 2012. Se regulan también los servicios sanitarios y veterinarios, y el registro de profesionales taurinos.
Información de Fernando Hernández publicada en Diario de Navarra.