TUDELA. LA IGNORANCIA TAURINA MANDA EN EL GOBIERNO MUNICIPAL. OPINIÓN

Vista parcial del tendido de sombra en la primera corrida de toros de la Feria de Tudela del año pasado.

Vista parcial del tendido de sombra en la primera corrida de toros de la Feria de Tudela del año pasado.

El alcalde y su concejal de Festejos demostraron ayer desconocer por completo la Feria de Santa Ana.

Las declaraciones de ayer del alcalde de Tudela y de su concejal de Festejos reflejaron el desconocimiento total que poseen del mundo del toro. El objetivo de ambos, sobre todo del segundo, es claro: acabar con los festejos taurinos, algo que legalmente no pueden hacer, simplemente porque están protegidos por la Constitución.

Pese a ello, pasándose por el forro el sentir de una buena parte de la población tudelana, aseguraron que hicieron una “reflexión” y vieron que la demanda era mayor para los festejos populares. El citado concejal hizo un alarde de matemáticas y dijo que el año pasado al espectáculo Arriazu acudieron cuatro mil personas y que en una de las dos corridas sólo hubo 1.800 espectadores. Qué cinismo. ¿Por qué no citó la otra, en la que hubo unas 4.500 personas, en la que se llenaron dos tercios del aforo? Porque no le interesa, porque se le caen esos falsos argumentos.

No tiene en cuenta tampoco que la entrada para los festejos populares puede costar entre 10 y 12 euros, mientras que la media para las corridas de toros era de unos 50. Y la gente, en plena crisis, cuida y mucho sus bolsillos y más en los tiempos que corren.

No conforme el concejal bordó su intervención refiriéndose al maltrato animal. “La asistencia va más hacia espectáculos de no maltrato animal, incluso casi el triple, frente a otros con maltrato”. ¡Toma ya! Más o menos, viene a llamar maltratadores a los aficionados taurinos que mantienen los festejos mayores con muerte de astados. Y es que, al parecer, según él, ese maltrato se produce por la muerte del astado.

Señor concejal, en los festejos populares, en calle o plaza, más de una vez, las reses bravas pagan el esfuerzo realizado, su entrega, y acaban muriendo. Y nadie habla de maltrato. Simplemente, han realizado la función para la que fueron criadas. Le recuerdo asimismo que los toros bravos se crían para ser lidiados y morir en la plaza. Y que la muerte es parte de la vida, por mucho que quienes mandan nos presenten un mundo donde se esconde la hora final.

Y hablando de maltrato, señor concejal, debería preocuparse más y trabajar a fondo para prevenir que el maltrato, no el irracional, sino el humano, el racional, no aparezca durante las fiestas que usted pretende organizar.

Por otro lado, señores alcalde y concejal, hablan de un ahorro de 30.000 euros. Intentan así justificar esa perversa intención y ganarse ciertas opiniones. Les recuerdo que, muchas veces, lo barato acaba resultando caro. Van a ‘crear’ unas fiestas sin atractivo taurino alguno, ni para los tudelanos ni para foráneos. Y eso tiene un precio. La factura les acabará llegando, como muy tarde en la próxima cita electoral, aunque todo indica que será antes.

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