Vuelta al ruedo a Rascatripas de PIncha en Mont de Marsan. 27-VIII-2017
El utrero ‘Rascatripas’, número 30, negro, fue declarado triunfador del prestigioso certamen, tras ser premiado con la vuelta al ruedo. Galería fotográfica: Philippe Latour (en color) y Jennifer Harrispe (blanco y negro).
Ganado: Novillos de Cuadri, Escolar, Valdellán, Virgen María, Pedraza de Yeltes y Ganadería de Pincha; este último, Rascatripas, fue distinguido como el utrero más bravo del concurso ganadero.
Novilleros: Diego Carretero (silencio y palmitas), Jorge Isiegas (silencio en ambos) y Tibo García (silencio y palmas tras aviso).
Lugar y fecha: Plaza de toros Arènes du Plumaçon, en Mont de Marsan (Francia). 27 de agosto, domingo.
Incidencias: Un tercio de plaza. Tarde nublada con lluvia en diversas etapas del festejo. Tras el paseíllo, se entregó a Luis Uranga, ganadero de Pedraza de Yeltes el premio al novillo triunfador de 2016. Se guardó un minuto de aplausos en memoria de Dámaso González. Morenito de Arles saludó montera en mano tras banderillear al segundo. Festejo organizado por la peña La Muleta de Saint Perdon, que, por no disponer actualmente de plaza de toros, celebra este festejo en Mont de Marsan.
Resultó tan emocionante como inolvidable. Los oles, las ovaciones, la entrega del público francés puso los pelos de punta al puñado de aficionados navarros que presenciamos el festejo: veintidós buenos y cabales aficionados de Peralta, otros de dos de Mendavia y un pequeño grupo de amigos del ganadero.
No fue fácil contener las lágrimas cuando el novillo de Lodosa, marcado con el hierro de Ganadería de Pincha, era distinguido por su bravura con una vuelta al ruedo con arrastre lento. Y más, cuando por megafonía, se hizo público el fallo del jurado. El primer utrero que José Antonio Baigorri lidiaba en Francia había sido proclamado triunfador de la novillada concurso de ganaderías. Nadie, absolutamente nadie, cuestión la decisión. Tras lo visto en el ruedo, Rascatripas puso a todos de acuerdo.
Y eso que su salida al ruedo (le costó mucho salir) hizo presagiar lo peor. Pero enseguida, en los primeros lances de recibo, dejó ver la clase que atesoraba. Con bravura, tomó tres buenas varas del picador tudelano Juan Manuel Sangüesa, y en cada una de ellas empujó metiendo los riñones. Fuerte ovación para el novillo y aplausos para el varilarguero mientras abandonaba el ruedo.
Rascatripas comenzaba a sembrar esperanzas, permitía barruntar posibilidades de triunfo grande. Pero el listón estaba muy alto. Tanto el novillo de Valdellán como el de Pedraza de Yeltes habían sido ovacionados en varas y este segundo, quinto de la tarde, en la muleta había tomado, encastado, dos tandas en redondo, aunque después se distrajo y fue muy a menos.
Ante este panorama quedaba por ver cómo se comportaba el novillo navarro en la muleta. Y, la verdad, fue de escándalo, en el sentido positivo. No se puede humillar más. Derrochó clase, fijeza, motor, quiso todo por abajo y quiso siempre, tanto que fue a más. No se cansó de embestir. Tibo García lo aprovechó para enjaretarle tres tandas con la diestra muy ovacionadas por el público, llevándolo embebido en la muleta, engaño que el novillo tomaba con el hocico barriendo la arena.
Por el otro pitón, no lo entendió. En su segundo intento de torear al natural, se pudo ver que el novillo atesoraba la misma calidad por ese pitón. Pero no hubo entendimiento. Para entonces, la plaza vibraba con la bravura de Rascatripas. Sólo quedaba matarlo. El bravo utrero merecía morir de un estoconazo, pero no fue así. Seis o siete pinchazos precedieron a la estocada, algo que molestó a bastantes aficionados franceses.
La suerte estaba echada. Rascatripas no era culpable del mal hacer de García con los aceros. Y así lo entendió el público y, sobre todo, el jurado. La vuelta al ruedo póstuma a Rascatripas fue inolvidable. Hubo voces que reclamaron el indulto y otras, la presencia del ganadero en el ruedo. José Antonio Baigorri y su mayoral, Francisco Hidalgo, salieron al tercio a saludar, ambos felices por lo presenciado, por ese triunfo que tampoco nunca olvidarán.
Respecto al resto del festejo, Diego Carretero pechó con el peor lote, un sosote de Cuadri al que le faltó humillar más y se agarró al piso, y un colorado de Virgen María, de muy corto recorrido y que echaba la cara arriba al final de cada muletazo.
Isiegas, por su parte, ante el complicado de Escolar, no pasó de voluntarioso en un trasteo basasdo en el pitón izquierdo. Frente al quinto, escurrido de carnes, con hechuras de eral, se lució por saltilleras. Ya con la muleta, al intentar un pase cambiado, fue espectacularmente volteado, por fortuna sin más consecuencias. Después, dibujó dos templadas series con la diestra; después el novillo se distrajo y fue mu a menos. El aragonés, además, no acertó con el estoque y por allí perdió un posible trofeo.
Por último, Tibo García gustó más frente al tercero, de Valdellán, que frente al sexto. El novillo, bravo en varas, careció de clase y fondo, y resultó además peligroso. García estuvo más que correcto ante él, frene a un novillo que recibió palmas en el arrastre.
Ya fuera de la plaza, en sus inmediaciones, las felicitaciones para el ganadero y el mayoral se sucedieron, por parte de una afición, la francesa, que sigue siendo ejemplar y de la que la española tiene mucho que aprender.