Bajo la dirección del novillero Francisco Expósito, derrocharon voluntad a raudales ante media docena de becerros.
Un trío de jóvenes aficionados, alguno con sueños de vestirse de luces, se puso a prueba el sábado pasado en Grocin, en la finca La Tejería, donde se crían las reses bravas de Casta Navarra marcadas con los hierros de Reta. Los tres, que entrenan varias veces a la semana en la plaza de Pamplona, se las vieron con media docena de becerros que tuvieron muchas teclas que tocar. Por fortuna, contaron con la ayuda del novillero pamplonés Francisco Expósito, que les libró de más de un apuro.