Tomás Prieto de la Cal, en su domicilio, en la finca La Ruiza.
El veterano ganadero onubense, adalid de la Casta Vazqueña, se hizo cargo de la vacada de bravo a los 9 años de edad.
El Club Taurino de Pamplona será mañana el escenario del cuarto y último Jueves Taurino, en el que el protagonista será Tomás Prieto de la Cal y Picón, ganadero de bravo onubense desde que tenía 9 años y adalid de la Casta Vazqueña.
Este criador de bravo, de 53 años de edad, heredó la ganadería de su padre, Tomás Prieto de la Cal y Dibildos, marqués de Seoane, quien se la había comprado a Marcial Lalanda entre 1941 y 1945. Después, añadió 250 cabezas reses oriundas de Veragua procedentes de José Enrique Calderón y eliminó todo lo anterior.2Pastaba entonces en la finca de los Alburejos (Medina Sidonia). Debutó como ganadero el 24 de agosto de 1945 en Almería, actuando Arruza, Montani y Parrita. En 1975 falleció su propietario y pasó a su hijo, Tomás Prieto de la Cal y Picón.
Éste, en sus primeros años como ganadero recibió la ayuda de ganaderos y toreros, Álvaro Domecq, Celestino Cuadri, Miura, Antonio Bienvenida, Alonso Moreno de la Cova, José Murube, Luis Algarra…
En la actualidad, sus reses bravas se crían en La Ruiza, finca ubicada en la localidad de San Juan del Puerto (Huelva), que mantiene la sangre vazqueña de sus veraguas. Desde entonces, prácticamente nada ha cambiado y su ganadería se mantiene pura. Sigue seleccionando igual, tentando igual… lo único que ha cambiado, según palabras del propio ganadero, es la imposición de los crotales, que a él no le gustan nada, y los saneamientos, por imposición europea, “porque se nos compara al toro con la vaca lechera”, aseguró Tomás en una ocasión.
En los últimos años, Prieto de la Cal ha lidiado en Tafalla, con un toro premiado con la vuelta al ruedo el año pasado, y en Lodosa y Peralta, con novilladas picadas. Siempre ha lidiado con resultados interesantes, lo que le ha convertido en una ganadería que llama a las puertas de Pamplona.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX