TENTADERO NAVARRO EN LODOSA CON AROMA NAVIDEÑO Y A FIN DE AÑO

Los participantes en el tentadero, con el ganadero, José Antonio Baigorri, en el centro del palco.

El matador de toros Sánchez Vara y el novillero pamplonés Francisco Expósito lidiaron cuatro bravas eralas de José Antonio Baigorri. Galería de imágenes.

Cuando parecía que el campo bravo navarro se había tomado un respiro, el propio de fin de año, uno de los ganaderos, José Antonio Baigorri, aprovechó la llegada del invierno para realizar en su finca de Lodosa el último tentadero que tenía pendiente.

Y la verdad es que no pudo cerrar el año de mejor manera. Se llevó a cabo en la plaza de tientas de la finca El Ontanal y lo protagonizaron el novillero pamplonés Francisco Expósito y Sánchez Vara, matador de toros de Guadalajara. Ambos estuvieron muy bien auxiliados por el subalterno lodosano Manu Rodríguez. Otro navarro, éste de Tudela, se encargó de la suerte varas; fue el picador Juan Manuel Sangüesa, que cumplió su labor con seguridad y eficacia.

Al ruedo saltaron tres vacas de El Tolco y una, la tercera, marcada con el hierro de Ganadería de Pinchas; todas fueron bravas en el caballo y, con mayor o menor clase, sirvieron en la muleta, sobre todo esa tercera, que resultó extraordinaria. La tienta dejó completamente satisfecho al ganadero, tanto por el juego de la materia prima como por las magníficas formas que mostraron ambos toreros, el castellano y el navarro.

Expósito se las vio con dos eralas marcadas con el hierro El Tolco, de procedencia Puerto de San Lorenzo. Su primera tuvo mucho motor y algunas complicaciones –reponía muy rápido y le faltó humillar algo más-, pero se dejó torear por ambos pitones. El pamplonés ejecutó tandas de seis y siete muletazos, siempre firme, seguro, sabedor de lo que hacía y con ese pellizco tan característico de su estilo. La cuarta, por el contrario, resultó más parada, más mirona, pero se dejó hacer, cualidad que aprovechó Expósito para sacarle hasta el último muletazo, de nuevo en tandas tan largas como templadas.

Sánchez Vara, por su parte, ofreció una lección de técnica. En ningún momento, las vacas tocaron su muleta y el de Guadalajara toreó siempre al servicio del ganadero, como se debe hacer y no siempre se hace. La primera se dejó mucho por el pitón derecho y la tercera, una colorada con el hierro de Ganadería de Pincha, resultó extraordinaria. El espada castellano realizó una faena muy larga, en la que intercaló mando y gusto.

José Antonio Baigorri puso fin así a una buena temporada y piensa ya en la siguiente que va ser importantísima. De todos sus compromisos, tres destacan por su responsabilidad. Dos de ellos se celebrarán en plazas francesas. Por un lado, una novillada picada en Mugron, en la que hará su presentación en Francia con un encierro completo. Por otro, la novillada concurso de Saint Perdon, que se celebra en la plaza de Mont de Marsan, festejo en el que se impuso este año con uno de sus utreros, con un bravo llamado Rascatripas. Y el tercer compromiso, el más importante, tendrá por escenario la plaza de Pamplona y se celebrará el 5 de julio. Como dicen los actores, mucha mierda en todos ellos.