SEGUNDO FRACASO GANADERO

David Moral realizó una torera faena con muy buenos argumentos al natural.

Una oreja para David Mora, cobrada a pulso y sangre.

Ficha técnica.

Ganado: Seis toros de Herederos de Cebada Gago, muy bien presentados, serios de cara, ofensivos, astifinos, pero mansos y descastados en general, salvo el encastado sexto, un buen toro, que fue aplaudido en el arrastre.

Diestros.
Francisco Marco: silencio en ambos.

Morenito de Aranda: silencio en ambos.

David Mora: vuelta por su cuenta y oreja tras aviso.
Presidencia. A cargo de Juan Frommknecht, asesorado por Pedro Díaz de Rada y Fernando Moreno, cumplió bien su cometido.

Incidencias. Lleno. Tarde calurosa de nubes y claros. Mora sufrió del tercero un puntazo de 10 cm. en el gemelo derecho y una cornada del sexto en la axila izquierda. Penoso y sancionable comportamiento de algunos de la solanera.

Durante un par de minutos, sentí vergüenza de ser pamplonés, de haber nacido en esta noble tierra que es Navarra. ¿Cómo se pueden arrojar objetos al ruedo, latas incluidas, y más cuando un torero, un ser humano, con un par de cornadas a cuestas, espera a que doble un animal con dos agujas por defensas? ¿Cómo, encima, se puede insultar a coro a un hombre, a un valiente, que se ha jugado la vida? Cobardes. Cobardes todos los que lanzasteis algo a la arena ocultándoos entre la jaranera multitud.

Fueron dos minutos penosos y, sobre todo, dignos de sanción. Si hay policía en el ruedo, es para algo, para intervenir en situaciones de este jaez, enganchar a los cobardes y sacarlos de la plaza para informarles de la sanción que van a recibir. Si no se toman medidas serias, hechos tan bochornosos y peligrosos seguirán sucediendo, posiblemente, hasta que sea demasiado tarde y haya algo que lamentar.

Respecto al festejo propiamente dicho, desarrollado bajo un magnífico ambiente, quitados esos dos minutos, la segunda de la Feria del Toro supuso el segundo fracaso ganadero. Como el primer día, los toros de Cebada Gago se lo dejaron casi todo en fachada.

Mansos inservibles, sin nada dentro, fueron el primero, el segundo y el cuarto. El tercero tuvo un noble pitón derecho pero se acabó muy pronto. El quinto, muy castigado, tuvo fondo y repitió con nobleza aunque sin clase. Y, por el último, el sexto, encastado fue un buen toro. Repitió con codicia por el pitón derecho y bajó por el otro lado, por el que embistió más al pasito y en corto recorrido. Tuvo delante a un diestro que triunfó merecidamente y que demostró que quiere ser alguien en el mundo del toreo, tanto con la muleta como con la capa, con la que destacó a la verónica.

Con la muleta, ligó tres series con la diestra, en los medios, muy asentado, bajando la mano, que fueron lo mejor de lo que va de feria. Faena muy sólida y torera, que perdió argumentos al natural. Entró a matar, pinchó y salió prendido por dos veces del embroque. Herido, sin amilanarse, volvió a entrar a matar y dejó una entera desprendida. El toro, mortalmente herido, buscó las tablas de sol y en ese terreno se amorcilló. Seguidamente, llegó el episodio vergonzoso.

Mora había triunfado a pulso, algo que estuvo a punto de hacer frente a su primero. Toreó voluntarioso ante un toro que casi se acabó tras dos buenas tandas cortas de derechazos. Lo mató de una casi entera y un descabello. Y aprovechando la cálida ovación… se aventuró y dio la vuelta al ruedo sin que nadie lo pidiese.

En lo referente a los otros diestros, la verdad es que apenas tuvieron opción, sobre todo Marco, que, a diferencia de Mora, fue el peor parado en el sorteo. Su primero fue un manso desrazado, de escasas fuerzas, tardo, sin contenido, al que logró sacarle algunos derechazos sueltos. Y nunca lo vio claro frente al cuarto, un ejemplar peligroso por el derecho y que echaba la cara arriba por el otro. Muy mala suerte la del espada navarro.

Morenito de Aranda tampoco tuvo opción ante su primero, otro manso que desarrolló peligro. Sin embargo, pudo hacer más frente a un quinto muy castigado en varas, que tragó sin clase por el pitón izquierdo. Hubo algún natural bueno, muchos faltos de limpieza y casi todos carentes de ligazón.

Pasaron los cebada, pero con más pena que gloria, otra vez.