Panorámica de los corrales remodelados de San Adrián.
Están situados en un solar de 90 metros cuadrados en el número 21 de la Carretera de Estella.
A poco más de una semana del inicio de las fiestas de las Santas Reliquias, San Adrián ha remodelado por completo los corrales desde donde salen las reses que participan en los encierros de la tarde. La iniciativa, promovida por la propia brigada municipal, pretende facilitar el trabajo de las personas que participan en los encierros, aumentando la seguridad y la salubridad del recinto, situado en un solar, en el número 21 de la Carretera de Estella.
El solar es propiedad de un particular que lo cede, desde hace más de tres décadas, al Ayuntamiento y se utilizan, únicamente, durante los encierros de vacas, ya que en los encierros de novillos de las mañanas -que se iniciaron en 2001- las reses salen desde un corral habilitado al final de la calle Mayor.
Durante la última semana, los empleados de la brigada han retirado los restos de los antiguos corrales, que eran de madera y estaban muy deteriorados por el paso del tiempo y los han sustituido por una instalación de hierro, anclada al suelo. Las chapas de hierro proceden de un ganadero de Funes y los trabajos han contado con la participación de un herrero local.
En total, se han habilitado cinco apartados con sus correspondientes puertas y una pasarela superior, también metálica, que facilita la mecánica de los encierros de vacas y la entrada y salida de los animales. “Aunque al final de las fiestas, se retiraba la mayor parte de las maderas, estaban en muy mal estado, pese a que se iban sustituyendo las partes más estropeadas. Además, todos los años, se perdía mucho tiempo en la instalación”, comentaron desde la brigada.
En los encierros de vacas vespertinos de San Adrián, participan un total de seis reses, aunque solo tres salen a la calle. Cada 15 minutos. “Se cambian con el objetivo de no agotarlas”.
Tres tramos
El recorrido del encierro de las tardes tiene una longitud de 650 metros y se divide en tres tramos, con puertas en el principio de la calle Mayor y a la altura de los corrales, con el objetivo de que siempre haya una vaca en una de las tres zonas, satisfaciendo el interés de los aficionados que contemplan el espectáculo desde diferentes puntos del vallado.
El recorrido del encierro de las mañanas, que concluye en la plaza de toros, es sensiblemente mayor, de 820 metros. Según añadieron desde la brigada de San Adrián, el mantenimiento del vallado es continúo. “Cumple con la normativa vigente. Tiene una altura de 1,75 metros y refuerzos en los tramos más cortos”, indicaron.
Información de Mari Paz Gener para Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX