ROBERTO ARMENDÁRIZ CORTA TRES OREJAS EN EL CUBO DE DON SANCHO

Gallito quedó inerte en la arena.

Gallito quedó inerte en la arena.

El subalterno Gallito fue cogido por el primero, sufrió un duro golpe en la cabeza y quedó ingresado en la UCI del hospital Virgen del Mar de Salamanca.

Ganado: Dos toros para rejones y un eral de Rollanejo, bien presentados y de buen juego.

Toreros: Robero Armendáriz (dos orejas y oreja) y el novillero Héctor Hernández “Moronta” (oreja).

Lugar y fecha: Plaza de toros de El Cubo de Don Sancho (Salamanca). 21 de junio.

Incidencias: El subalterno José María Santos “Gallito”, de la cuadrilla de Moronta, fue cogido por el primero, sufrió un duro golpe en la cabeza y quedó ingresado en la UCI del hospital Virgen del Mar de Salamanca.

Roberto Armendáriz consiguió el sábado pasado un nuevo triunfo en la plaza salmantina de El Cubo de Don Sancho, en un festejo que estuvo marcado por el grave percance que sufrió el subalterno José María Santos “Gallito”, que permanecía ingresado ayer en la UCI del hospital Virgen del Mar de Salamanca.

El toro que abrió plaza tuvo movilidad y permitió el lucimiento al rejoneador de Noain, que ofreció una lección de toreo a caballo en banderillas. Realizó una faena que encandiló al público y acertó con la hoja de peral, pero el toro tardó en doblar.

En esos momentos, Gallito, de la cuadrilla de Moronta, acudió en ayuda del resto de compañeros de la cuadrilla del rejoneador, con tan mala fortuna que, en un arreón, el toro le pilló por sorpresa, le levantó por los aires y, en la caída, sufrió un duro golpe en la cabeza.

El torero quedó inmóvil sobre el piso, mientras el resto de la cuadrilla trabajaba para quitarle el toro de encima; finalmente, el toro desistió y permitió la retirada del banderillero del ruedo. Fueron 25 segundos dramáticos, casi eternos. Ya en el quirófano móvil de la plaza, el subalterno recuperó la consciencia. Tras un primer examen, el banderillero fue trasladado al hospital Virgen del Mar de Salamanca, donde quedó ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos para realizarle nuevas pruebas.

En lo meramente taurino, Armendáriz cobró las dos orejas de ese toro y otra del tercero de la tarde, un toro que fue de más a menos y, tras las banderillas, quedó completamente aplomado. Por ello, el caballero navarro no anduvo certero con el rejón letal y su el premio a su labor se redujo a un trofeo.

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