PABLO HERMOSO LO PUSO TODO EN GUADALAJARA PERO SE FUE DE VACÍO

El caballero navarro lo intentó todo en Guadalajara con ‘Disparate’ pero el lucimiento fue imposible. Fotografía: pablohermoso.net

El caballero navarro no tuvo opciones de triunfo frente a un mal lote de toros de Marrón. Fotografías: pablohermoso.net

Ganado: Dos toros para rejones de la ganadería de Marrón, primero y cuarto, mansos, que dieron mal juego, y cuatro de Villa Carmela para la lidia a pie, desiguales de presentación, y faltos de fondo y raza, salvo el tercero, llamado Maestro, número 93, de 530 kilos, que fue indultado.

Toreros: Pablo Hermoso de Mendoza (silencio en ambos); Ginés Marín (vuelta al ruedo tras petición y silencio); y Luís David Adame (rabo simbólico y silencio).

Lugar y fecha: Plaza de toros Nuevo Progreso de Guadalajara, estado de Jalisco (México).12 de noviembre.

Incidencias: Casi lleno. Cuarta corrida de la temporada. Se guardó un minuto de silencio por Miguel Espinosa ‘Armillita’. Luis David Adame salió a hombros.

No tuvo suerte Hermoso de Mendoza con el lote que lidió en Guadalajara en una de las corridas de mejor entrada de la temporada. Ninguno de los toros estuvo a la altura y se cargaron todos los intentos de Pablo y de los caballos por sacar algo de lucimiento. Cómo sería la tarde que en los dos toros de Pablo Hermoso de Mendoza no sonó ni una sola nota de música y que en un escenario tan importante no actuasen ni Berlín ni Donatelli…

Rompió plaza un toro rajado para Hermoso de Mendoza, que tendió a ponerse por delante y además le faltó celo. A veces iba caminando y otras tranqueaba. Muy complicado y difícil de ver por esa complicación. Además, esperó en los embroques escarbando y tapaba la salida. Hermoso estuvo mucho mejor de lo que se vio arriba, porque esas complicaciones no se vieron. El navarro se lo dejó llegar mucho y trató de darle celo. También destacó su disposición a evitar que se rajara, motivo por el que lo puso en los medios durante toda su lidia.

No tuvo tampoco suerte Hermoso de Mendoza con el cuarto. Otro toro de Marrón que cantó enseguida su falta de codicia. Muy rajado y atrincherado en tablas, no permitió nada. Lo intentó el estellés, que echó sus monturas muy encima del astado y pisó terrenos muy comprometidos. Pero no pudo hacer nada. De nuevo, silencio.