Guillermo Hermoso de Mendoza sacó a hombros a su padre en el Embudo de Insurgentes. Fotografía: pablohermoso.netDE
El rejoneador navarro finalizó el pasado domingo su periplo por ruedos mexicanos cuajando actuaciones memorables en los casi setenta festejos en los que ha toreado.
Pablo Hermoso de Mendoza dijo adiós el pasado domingo a las plazas de México. Y lo hizo a lo grande. En el coso de la localidad de Cedral puso fin a una gira de despedida en el país azteca que lo ha llevado a recorrer el país americano de norte a sur. Ese fue su último paseíllo en tierras mexicanas antes de emprender, ya en Europa, la segunda parte de su retirada de los ruedos en España, Francia y Portugal, comenzando el próximo 15 de marzo en Valencia, donde está anunciado en una corrida mixta junto a Morante de la Puebla y Nek Romero.
Su periplo por México, además de servir para revitalizar la fiesta de los toros en los pueblos, objetivo que se marcó como fundamental antes de comenzar la gira de despedida, ha arrojado unos números estratosféricos, al alcance de muy pocos. El navarro ha hecho el paseíllo en 68 ocasiones, siendo capaz de cortar 156 orejas, 20 rabos y abrir la puerta grande de 53 plazas de toros. Unos datos a la altura de su extraordinaria trayectoria profesional.
En las 68 corridas celebradas en su periplo mexicano, Pablo Hermoso de Mendoza ha conseguido colgar el cartel de ‘No hay boletos’ en 16 ocasiones, empezando el pasado 4 de octubre en Ahuacatlán, pasando por la corrida del aniversario de la Plaza México y cerrando su despedida por las plazas mexicanas el pasado domingo en Cedral.
Además, hasta en cuatro ocasiones le ha podido acompañar su hijo Guillermo Hermoso de Mendoza, que tuvo la oportunidad de despedir a su padre en Juriquilla, San Miguel de Allende, San Luis Potosí y León, sacándolo a hombros en su despedida de la Plaza México.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX