Algunos de los seis utreros, tres con el hierro de Cortijo de la Sierra –del mismo propietario-, galoparon derrotando.
Con bastante menos corredores que los días anteriores pero con el mismo número multitudinario de espectadores, Peralta ha vuelto a vivir un encierro intenso con los novillos toros de Rocío de la Cámara.
Los morlacos han recorrido la carrera bastante agrupados pero lo suficientemente espaciados como para que los corredores pudieran realizar buenas carreras a una velocidad vertiginosa. Los novillos no han dejado de buscar a corredores y debido a la gran velocidad han terminado ‘estampándose’ en la última curva antes de llegar a la plaza.
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