Los tres primeros erales de Ganadería de Pincha fueron aplaudidos en el arrastre.
Ganado: Cuatro erales de Ganadería de Pincha, desiguales y serios, y de buen juego en conjunto, sobre todo el tercero que atesoró mucha calidad; los tres primeros fueron aplaudidos en el arrastre.
Novilleros: Mariscal Ruiz (silencio tras aviso y dos orejas) y Martín Morilla (oreja tras aviso y silencio tras aviso).
Presidencia: A cargo de Jesús Sola Aranda, asesorado por Francisco Parra y por el veterninario Jesús Miguel Blanco, se mostró generosa.
Incidencias: Lleno en tarde agradable pero algo ventosa. Mariscal Ruiz salió a hombros.
Mariscal, un novillero de alto tallaje, se las había visto primero con un zapato de Pincha de templadas embestidas. La faena no tomó vuelo por la diferencia de tamaños entre torero y eral y el fallo a espadas del joven del Aljarafe.
En el tercero, con un novillo de mayor presencia al que puso banderillas con facilidad, el mejor eral del encierro, Mariscal se embarcó en una faena de terrenos y distancias discutidas por la afición. Pero en su labor sobresalió el aguante del novillero, su soltura y un final vibrante de rodillas finiquitado con un espadazo.
Martín Morilla es un novillero valiente y echado ‘p´alante’. Suplió la inferioridad técnica de su condición de novel con la decisión de echarse la muleta a la mano izquierda para torear al boyante novillo navarro que hacía segundo. Lo mató por alto y cortó una oreja.
En el que cerraba plaza, un torete fuerte y mansito, se llevó una seria voltereta que lo dejó contusionado. Con el público a favor, se atascó con los aceros pasando un mal rato con la espada.
Información de Pascal Lizarraga, publicada en diariodenanvara.es