Javier Marín recibió el trofeo Piquillo de Oro de manos de Luis López, asesor artístico de la plaza de Lodosa.
El novillero navarro se hizo con el Trofeo XVII Piquillo de Oro y recogió también el destinado al utrero más bravo en representación del ganadero, que le invitó a un tentadero.
Al igual que el año pasado, el novillero navarro Javier Marín y la ganadería sevillana Los Recitales fueron distinguidos ayer en la finca lodosana El Ontanal, propiedad del criador de bravo José Antonio Baigorri, con los trofeos de la pasada Feria de Lodosa, en un acto al que asistieron diversos representantes municipales.
El joven torero de Cintruénigo recogió el Trofeo XVII Piquillo de Oro de manos de Luis López, asesor artístico de la feria. Marín se hizo acreedor de este premio por la faena que realizó el 1 de agosto al cuarto novillo de Los Recitales, al que le cortó las dos orejas.
De reconocido prestigio en el mundo taurino, el Piquillo de Oro es el premio que entrega Lodosa al mejor novillero de la feria. Este año ha cumplido su decimoséptima edición. En la anterior, recayó asimismo en Javier Marín. Las once anteriores fueron ganadas por Jesús Millán (2013) Javier Jiménez (2011), Saúl Jiménez Fortes (2010), el navarro Javier Antón (2009) Román Pérez (2008 y 2007), Pepe Moral (2006), Daniel Luque (2005), Paco Ureña (2004), Javier Benjumea (2003) y Santiago Manciño (2002).
Utrero más bravo
Por su parte, la peña Lodosa por el Toro entregó el trofeo al utrero más bravo de la feria, que recayó en el llamado Novato, número 46, negro, de Los Recitales, lidiado en cuarto lugar el 1 de agosto por Javier Marín, quien cortó las dos orejas. Su actual propietario, José Romero, excusó su asistencia por motivos laborales e invitó al novillero navarro a un tentadero que se celebrará la próxima semana. Y fue Marín, precisamente, quien, en su representación, recogió el trofeo. Lo hizo de manos de Adrián Vaquero, vicepresidente de Lodosa por el Toro.
La jornada concluyó con una comida de hermandad a la que asistieron medio centenar de aficionados, que honraron así a los patronos de esta localidad navarra, San Emeterio y San Celedonio, en el día de su festividad.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX