MANOLO DE LOS REYES: ‘A NAVARRA LE DEBO TODO Y ASÍ DEBO RECONOCERLO’

De izda. a dcha., José Luis Parada, Manolo de los Reyes y Julio Vega ‘Marismeño’, los tres matadores de toros, los tres de Sanlúcar y los tres primos.

El veterano diestro intervino en Sanlúcar de Barrameda en una mesa redonda con José Luis Parada y Marismeño.

“A Navarra le debo todo y así debo reconocerlo. Aquí, en Sanlúcar, soy muy poco conocido. En el norte, sin embargo, además de en Navarra, en Guipúzcoa, La Rioja, Aragón, siempre encuentro amigos. Quiero a Sanlúcar con toda mi alma, pero también a Navarra”, aseguró recientemente el veterano torero Manolo de los Reyes en una mesa redonda en la que intervino con Julio Vega ‘Marismeño’ y José Luis Parada, ambos matadores de toros, ambos de Sanlúcar y ambos primos suyos.

Bajo el título ‘Una época del toreo’, esta mesa redonda se englobó dentro del XLI ciclo de conferencias taurinas que organiza la Peña Cultural Taurina José Luis Parada. En una sala repleta de aficionados y bajo la maestra batuta de Jerónimo Roldán, como moderador, los tres espadas citados fueron desengranando recuerdos de sus respectivas trayectorias profesionales.

Preguntado por qué marchó a tierras navarras, De los Reyes fue claro. “Inicialmente, probé aquí dos becerros y las cosas fueron bien. Me dieron las dos orejas de cada uno. En aquella época, mis dos primos (Parada y Marismeño) arreaban mucho. Así que hablé con Salvador Gómez y decidimos ir por el mundo para encontrar alguna oportunidad. Primero fuimos por Madrid, a muchas capeas, pero era muy duras y había mucho golferío. Y nosotros sólo queríamos torear. En los primeros sitios a los que fuimos, nos llevamos el bolsín en juego.

Tras recordar sus primeros pasos, prosiguió. “Nos fuimos a Navarra porque allí estaba mi hermana Pepi, recién casada, y mi cuñado Miguel, que es un fenómeno de persona. Nos pusimos a trabajar para ganar dinero y poder torear. Toreé varias novilladas en Pamplona, y muchos más por el norte, tomé la alternativa en Tolosa y cinco años después, en 1978, me encerré con seis toros de María Coronel. Triunfé. Corté cuatro orejas y salí a hombros. Pero me enfadé con la empresa porque no me dio lo acordado. Por eso, quedé fuera de San Fermín, que luego se suspendió. Sin embargo, luego me llamaron para torear dos meses después, San Fermín Chiquito. Paradojas del toreo. Y así lo hice. Fue mi última actuación en Pamplona”.

Marismeño, Parada y De los Reyes, trío sanluqueño, nunca coincidieron los tres en un mismo cartel. Si lo hicieron los dos primeros. Además, tienen también en común haber toreado en la plaza de Pamplona.

Marismeño cumplirá en julio 74 años. Tomó la alternativa en 1969 y sólo toreó una tarde en Pamplona, la del 10 de julio de 1970. “Tengo un gran recuerdo. Quizá haya sido uno de los días que más miedo he pasado en mi vida. Hoy en día, cortas una oreja y te repiten. Yo la corté pero nunca volví a torear en Pamplona”, rememoró con cierta ironía. Aquella tarde lidió dos toros de Carlos Urquijo; soporto pitos tras acabar con su primero y le cortó una oreja al que cerró plaza.

Parada, por su parte, cumplió en febrero 73 años; nació dos días antes que su primo De los Reyes. También tomó la alternativa en 1969, pero después de Marismeño. En Pamplona toreó siete años, hizo nueve paseíllos, estoqueó dieciséis toros y cortó seis orejas. “Le tengo mucho cariño a Pamplona y también al norte. En San Fermín, conocí la puerta grande, y la de la enfermería, también. Es una feria interesantísima, sobre todo, por la integridad del toro. Si está bien, te hacen caso. Si no…”. En Pamplona, fue cogido por un toro de Juan Pedro Domecq el día de su presentación, el 8 de julio de 1970; fue una cogida aparentemente terrible pero no hubo cornada; fue atendido en la enfermería; por este percance, no pudo cumplir su segundo compromiso, dos días después. Al año siguiente salió a hombros el 7 y el 12 de julio. Volvió a ser cogido el 10 de julio de 1975, por el quinto de Miura; pasó a la enfermería y no pudo continuar la lidia.

Por último, De los Reyes hizo balance de su paso por la capital navarra. “He toreado numerosas novilladas con y sin picadores, y tres corridas de toros. “Hubo de todo, pero la mayoría de las veces cortaba orejas. Pamplona era y es un trampolín para entrar en otras ferias. Sólo tengo buenos recuerdos. De todos modos, hablamos mucho de Pamplona, pero vine aquí para quince días y ya llevó dos meses y medio en Sanlúcar”, bromeó el veterano matador.

Una vez retirado, no se alejó del mundo del toro. Fundó en Rada la Escuela Taurina de Navarra, fue empresario de algunas plazas de toros y, sobre todo, apoderó durante muchísimos años al matador de toros estellés Francisco Marco. Además, su hijo, del mismo nombre, es un prestigioso hombre de plata. “Incluso ahora tengo una pequeña punta de ganado bravo. Vivo como me gusta y eso es vital, concluyó De los Reyes.

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