Los novillos de Pincha galoparon a gran velocidad por laa calles de Lodosa.
Completaron el recorrido en menos de tres minutos y ante muchos mozos, pese a ser día laborable.
Pocos segundos después de sonar las nueve campanadas, salían de los corrales situados junto a la calle El Aire, los cuatro novillos de la ganadería local de José Antonio Baigorri, Pincha, que iban a protagonizar por la tarde la primera de las dos novilladas picadas que integran la vigésimo primera edición de la Feria del Piquillo de Oro.
Los utreros, todos de capa negra, lucieron buenas hechuras y en poco más de tres minutos completaron el recorrido, dejando atrás con rapidez la avenida de Navarra para llegar a la plaza de toros sin percances ni incidentes reseñables.
El encierro, pese a celebrarse en día laborable, atrajo hasta Lodosa a muchos mozos, que disfrutaron de la primera cita taurina de las fiestas de San Emeterio y San Celedonio. Mañana, 2 de agosto, el encierro lo protagonizarán novillos de Eulogio Mateo, de Cárcar. Por la tarde, en la plaza de toros, se celebrará un gran prix en el que participarán cuatro cuadrillas de Lodosa.
Crónica y fotografía de Leticia Chanavat para Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX