LOS UTREROS DE LODOSA SE IMPONEN EN TUDELA A LOS NOVILLEROS

Javier Orozco se luce en un quite frene al burraco tercero. Fotografía: Garzaron.

Javier Orozco se luce en un quite frene al burraco tercero. Fotografía: Garzaron.

Buenas maneras de Javier Orozco, quien le cortó las dos orejas al que cerró plaza.

Ganado: Seis utreros de Ganadería de Pincha, bien presentados, acapachados de pitones, cuajados, con kilos, salvo el segundo, que, más ofensivo, bajó algo en presencia, de buen juego en conjunto, salvo ese segundo, que acabó rajado, y el deslucido cuarto; el resto embistió con nobleza y case; quinto y sexto fueron aplaudidos en el arrastre.

Novilleros: Alfredo Bernabéu (saludos por su cuenta y silencio), David Garzón (saludos y oreja) y Javier Orozco (saludos tras aviso y dos orejas).

Lugar y fecha: Plaza de toros de Tudela, en Navarra. 25 de julio.

Incidencias: Un tercio de plaza. Tarde de tormentas, con lluvia intermitente. Primera de la Feria de Santa Ana. Los tres novilleros hicieron el paseíllo desmonterados. Se guardó un minuto de silencio por el antiguo torilero de la plaza. Orozco salió a hombros.

En el ruedo tudelano hubo ayer más novillos que novilleros. Ésa es la sensación que quedó al final de la primera de la Feria de Santa Ana. Y es que hubo cuatro novillos para triunfar, otro con posibilidades hasta que se rajó, el segundo, y sólo uno resultó complicado, el cuarto.

Los utreros de Baigorri, cuajados, bien criados, embistieron y repitieron con nobleza. No hubo ninguno que mereciera el calificativo de excelente, no; fueron, simplemente, buenos, no dieron problemas y formaron un conjunto apto para el triunfo de la mano de obra. De todos ellos, destacó el sexto, que, en el último tercio, fue de menos a más y acabó embistiendo encastado por el derecho.

Por fortuna, cayó en las mejores manos de la terna, en las de Javier Orozco, que toreó templado y con limpieza, sabiendo siempre lo que hacía y en qué terrenos tenía que torearlo. El malagueño se mostró seguro en todo momento, mandó y no se dejó tocar la muleta. Al natural dejó asimismo destellos de su buen hacer. Mató de una gran estocada, la única de la tarde y cobró dos justas orejas.

Y lo mismo pudo hacer ante el buen tercero, ante el burraco, un utrero que atesoró clase. El joven rondeño volvió a realizar una muy buena faena, del mismo corte que la segunda, pero falló al matar y por ahí perdió el triunfo. En cualquier caso, dejó muy buena imagen y logró una merecida puerta grande.

Quien también la tuvo cerca fue el ecuatoriano Garzón, veterano novillero que demostró su oficio. Su primero, con menos peso que el resto, pero más ofensivo, lo brindó directamente a la solanera. Después, dibujó numerosas series, bastante insípidas, hasta que el novillo acabó rajándose. Pese a todo, tuvo una oreja en su mano, pero falló al matar y salió a saludar.

Frente al quinto, otro novillo con clase, no pasó de voluntarioso. Muletazos y más muletazos que no dijeron apenas nada. Mató de media estocada y cobró una oreja, de un novillo al que debía haber cortado las dos.

Por último, lo peor de la tarde, el novillero más veterano. Bernabéu ofreció una lamentable imagen. Se le vio que no está para estas cosas, sin sitio, sin saber qué hacer, sin saber. Dejó escapar al buen primero y no supo torear al cuarto, cuya condición fue empeorando gracias a su ignorancia. En fin… no es cuestión de hacer sangre. A la hora de matar, Santa Ana le vino a ver. En definitiva, para el olvido.

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