Dos corredores caen contra el vallado al apartarse ante el paso de los veloces novillos. Fotografía: José Carlos Cordovilla.
Los cuatro novillos protagonizaron una carrera limpia, en la que dejaron momentos de peligro.
“No han corrido, han volado”. Así valoraba ayer Alberto Pérez Garayoa, jefe del equipo de pastores, el desarrollo del cuarto encierro de las fiestas de Sangüesa. Y es que los cuatro novillos de la ganadería toledana de Alcurrucén completaron una carrera veloz (480 m en un minuto escaso) que dejó momentos de peligro, si bien desde la DYA no tuvieron que prestar ninguna asistencia sanitaria.
En una mañana de sol y 11 grados, en la que todavía se podían ver por la calle algunos atuendos propios de la noche de disfraces que se había vivido, los cuatro astados que se iban a lidiar por la tarde corrieron por delante de los cabestros, arropados solo por uno de ellos. “Iban orientados más hacia el vallado izquierdo y, por su alta velocidad, han permitido carreras muy cortas”, expresó Pérez, destacando una mayor afluencia de corredores y público.
Como curiosidad, un grupo de seis periodistas chinos que recorren estos días Navarra para promocionarla, en un viaje que se desarrolla de la mano del Gobierno foral, pudieron presenciar y fotografiar ayer el encierro, los corrales de la plaza y el ambiente festivo de la ciudad.
Información de A. V. publicada en Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX