Adame, Téllez e Isiegas se repartieron tres orejas de un encierro de juego dispar.
Ganado: seis toros de Aldeanueva, de presentación imponente aunque dispar, con más cara que culata y más presencia que remate. Comportamiento con mucha movilidad en el tercio de varas, derribaron en tres ocasiones, siendo poco picados en monopuyazos. En la muleta el segundo fue el toro de más clase pero menos fuerza; el tercero belicoso; el cuarto de instinto equinocida; el quinto de poca entrega y el sexto de más a menos.
Toreros: Joselito Adame (ovación y oreja), Ángel Téllez (oreja y saludos) y Jorge Isiegas (oreja y ovación tras un aviso).
Presidencia: A cargo de Javier Solozábal Amorena, asesorado por Nacho Lacosta y por el veterinario Andrés Pemán, ejerció con tino su función.
Incidencias: Tres cuartos de plaza. Primera de feria. Largas colasen taquilla en los prolegómenos de la corrida de toros. El festejo se celebró tras un fuerte chaparrón que no afectó al estado del ruedo.
Se abría el telón de la feria de Sangüesa y los toros del Raboso tuvieron plaza. Es decir, salían por chiqueros y podían estar más o menos armados o estar más rematados, pero la presencia que imponían sus movimientos los hacían convertirse en el único centro de todas las miradas. Imponían respeto, que es lo que hay que pedirle a un toro.
Los tendidos de sol, plenos ayer de chavalería, juventud y aficionados populares veían saltar a los de Aldeanueva y permanecían prietas las filas hasta el tercio de banderillas.
Y sus motivos tenían: el cuarto de la tarde, un precioso burraco carbonero, se permitió derribar a los dos caballos presentes en el ruedo. Empezó tumbando e hiriendo al titular camino a la contraquerencia y luego se entretuvo en placar y arrancar hasta el bocado al que hacía puerta. Una imagen nada común estando en el ruedo los caballos de la cuadra los hermanos Cedillo.
Pese a tanta belicosidad, el toro fue luego una malva en la muleta y Joselito Adame le hizo una de sus faenas marca de la casa donde la estética y las distancias con el toro son directamente proporcionales.
Había estado bien el hidrocálido con el capote en su primer turno, aunque no tan vibrante como lo estuvo Isiegas al recibir al sexto, en uno de los momentos de mejor bajío de la tarde. Al maño le volaron muy bien las telas a la verónica, hasta rematar la tanda en los medios.
Como Adame, también cortó una oreja Isiegas al tercero en una faena donde respondió a las agrestes embestidas del toro salmantino con una faena de cierta rusticidad.
A Téllez le correspondió el toro de más clase en la muleta, pero en la entrega el animal llevaba la penitencia de la falta de fuerzas. Al fino matador que debutaba en
Navarra tras rechazar el año pasado compromisos de mucho más fuste, sólo se le pudieron apreciar algunos esbozos al natural y algún pase de pecho rotundo. Brindó el quinto a la banda de música que ayer estuvo especialmente afinada. Desde ‘Corazón
Gitano’ hasta unos personalísimos solos de ‘Nerva’ el tempo musical ayudó a mantener el diapasón de la tarde y con ello el buen ambiente. Ambiente que no quedó tocado por una tarde de paraguas y espadas sin filo.
Información de Pascal Lizarraga, publicada en Diario de Navarra. Fotografías: Eduardo Buxens.