El fundador en 1984 de la Escuela Taurina de Navarra recibió en Grocin el I Trofeo a la Promoción de la Tauromaquia.
“Me siento orgulloso de haber sido torero. Me siento orgulloso de haber formado a un buen número de matadores de toros y subalternos. Y asimismo me siento orgulloso de ser taurino. Los aficionados no debemos tener miedo a declararnos taurinos. Es más lo debemos gritar a los cuatro vientos, bien alto y sentirnos orgullosos de nuestra afición al toro bravo, a este mundo único y maravilloso”, declaró en Grocin el sábado pasado Manolo de los Reyes, matador de toros retirado y fundador en 1984 de la Escuela Taurina de Navarra, tras recibir el I Trofeo a la Promoción de la Tauromaquia de manos de Patxi Garbayo, presidente de la Federación Taurina de Navarra, entidad promotora de este galardón.
De los Reyes, emocionado, hizo estas declaraciones en la finca La Tejería, cuartel general de las reses de Casta Navarra herradas con los hierros de Reta, ganadero de bravo al que se le impuso el pañuelo rojo de la citada federación y quien también abogó por que los aficionados no tengan miedo, todo lo contrario, a manifestarse público como taurinos.
Todo ello sucedió a los postres de una comida de hermandad, muy bien organizada por el Club Taurino Estellés, en la que se dieron cita ciento cincuenta aficionados de diversos puntos de Navarra, como Arguedas, Valtierra, Tudela, Estella y Pamplona (del club taurino y de la asociación El Encaste).
Todos ellos participaron en la fiesta anual de la Federación Taurina de Navarra, en una jornada que comenzó con el inexcusable almuerzo y con una tienta de cinco becerros de Reta a cargo del novillero navarro Juan José Luri “El Luri”, quien estuvo estupendamente auxiliado por el matador de toros Francisco Marco y por el banderillero Asier Campos.
Ante una materia prima exigente, con las complicaciones propias del ganado de la tierra, el joven de San Adrián, siempre atento a los consejos de Manolo de los Reyes, se mostró variado tanto de capa como con la muleta, en una labor que le sirvió para seguir aprendiendo en su todavía corta profesión.