LOS REJONEADORES COBRAN SENDAS OREJAS EN LA TERCERA DE PERALTA

El mexicano Gamero se presentó en Navarra y dejó mejor imagen frene al segundo de su ltoe, de Pilar Población.

Ambos se mostraron voluntariosos pero el toreo a caballo de calidad fue bastante escaso. Galería fotográfica.

Ganado: Dos utreros de Pilar Población, segundo y tercero, uno de Río Frío, primero, y un cuarto de Antonio Lampreia, de desigual presentación y de juego dispar; los mejores, los del hierro titular.
Rejoneadores: Emiliano Gamero (oreja y silencio tras aviso) y Óscar Mota (saludos por su cuenta y oreja).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Peralta (Navarra). 4 de septiembre.

Incidencias: Dos tercios de plaza. Tarde nublada. Tercera de feria. Gamero, que se presentó en Navarra, fue derribado por el tercero, sin más consecuencias que el golpe.

El público de Peralta, generoso con sus ovaciones, fue testigo de una tarde exenta de calidad a caballo, de muchas pasadas en falso, alzadas de caballo, banderillas al violín e incluso un percance de Gamero, que pudo tener malas consecuencias.

Por orden de lidia, este último, natural de México, no estuvo bien en su primero pero, como la ejecución del rejón de muerte fue rápida, el público pidió la oreja y el palco se la otorgó de un soso novillo de Rio Frío. A su segundo, un ejemplar de Pilar Población de un gran juego, lo recibió de salida con buen estilo. Con las banderillas estuvo más entonado, incluso dejó ver la suerte de la hermosina. A mitad de faena, en el centro del ruedo, perdió el caballo los pies y fue arrollado por el novillo. Fue un momento de mucho peligro. Se envalentonó el mexicano y colocó dos pares llegando al público. Cuando tenía una oreja en la mano, clavó un rejón defectuoso y dio un mitin con el descabello. Al final, aviso y… gracias.

Óscar Mota, por su parte, con su primero, el de Población, estuvo muy debajo de la materia prima, y al que le cortó una oreja, el cuarto, le castigó duro de salida, con nada menos que tres rejones y el novillo lo acusó en banderillas. Mató de un pinchazo y estocada, y paseó una oreja generosa.