LOS ‘GUAYS’, AHORA, A POR LA FERIA DE TAFALLA. ARTÍCULO DE OPINIÓN

Un paseíllo en la pasada Feria de Tafalla.

Un paseíllo en la pasada Feria de Tafalla.

Bildu ha recortado 9.000 euros, un 20%, la partida destinada a la ciclo taurino tafallés.

Corren tiempos políticos complicados, confusos. Lo de derechas e izquierdas ha quedado obsoleto. Ahora lo que se lleva es ser guay. ¿Y qué hay que hacer para ser guay? Entre otros aspectos, manifestarse contrario a los toros, a favor del aborto y opuesto a la Iglesia. Reconozco que yo no lo soy, no cumplo ninguno de esos tres requisitos. Ahora bien, me siento rodeado de guays, que abanderan el término “progresista” –falso hasta la médula-, ya que, con una careta de tolerancia, sólo desean acabar con lo que personalmente detestan.

Y no se equivoquen. No se trata de personas de izquierdas, no; tampoco de comunistas, ya que los guays defienden la propiedad. Desean, les gusta tener vivienda (s), vehículo (s) y buena cartera; me refiero al contenido, no al continente.

Estas nuevas fuerzas políticas, en vez de comenzar su trabajo con un sentido marcado por la prudencia, por ver e ir aprendiendo, han desembarcado como elefante en cacharrería y han empezado a dictar normas a granel, la mayoría improductivas de cara al bienestar social y muy cargadas de simbología.

En el actual Gobierno de Navarra tenemos un claro ejemplo. En vez de avanzar poco a poco, sus componentes han lanzado ideas y propuestas que lo único que han conseguido es crispar a buena parte de la población. Se han desentendido del sentir de gran parte del pueblo navarro. Da la sensación de tener prisa, como sabedores de que no van a tener otra ocasión, de un fracaso anunciado, el suyo.

Así, olvidan que Navarra tiene una marcada personalidad, que no es fruto de lo casual sino de una forja llevada a cabo a través de los siglos y que, por tanto, por mucho que lo intenten, no la van cambiar de la noche a la mañana, tampoco en varios años.

Y estas mismas fuerzas políticas, en materia taurina, esconden una obsesión: acabar con la fiesta de los toros, unas por considerarla española, otras bajo la bandera de defensa de los animales, irracionales.

En este sentido, los ayuntamientos de Tudela, Estella y Tafalla han mantenido reuniones. Recién llegados al poder, sus actuales mandatarios quieren a acabar cuanto antes con lo taurino, con una tradición multisecular de esta tierra. Dejan a un lado que representan a una población y que una buena parte de ésta quiere sus fiestas con toros.

En Tudela, la suerte parece ya echada. No habrá feria taurina –ojala me equivoque-. Su alcalde hizo público su anhelo personal. Ni un euro a los festejos taurinos mayores, con muerte. Decisión a la catalana. No a ese tipo de espectáculos, pero sí a los de la calle, sin muerte de reses. ¿Qué pasa? ¿Que los toros, las vacas bravas, según su propia teoría, no sufren maltrato en las calles?

Por lo menos, se quitó la careta del cinismo y reconoció que si llevaba a pleno su ‘plan taurino’ (encierros y un par de festejos populares), no había salido adelante; por ello, lo aprobaron en sesión de gobierno, sin contar con nadie.

Y tras el penoso episodio de Tudela, el de Tafalla, con la firma de Bildu. Sus representantes han sacado a concurso la feria taurina con una partida de 36.000 euros, nueve mil menos que en el anterior. Con esta cantidad, se intentarán celebrar tres corridas de toros, otra de rejones y dos festejos más; es decir, la novillada picada queda en el aire. En el fondo, a los de Bildu, les da igual que se celebre o no, pese a que en sus filas tafallesas hay varios aficionados. La oposición de este grupo político a los toros no viene dada por los animales sino por el odio a todo lo que suene a español. ¡Qué equivocado está! ¡Si hasta algunos defienden que el toreo nació en Navarra!

Dentro del presupuesto festivo, ha destinado 40.000 euros a las algo demodés, desfasadas orquestas, pero ni se plantea si es mucho o poco; y lo mismo ocurre con otros actos, como el alarde de txistularis: 3.000 del ala; seguro que para esto no escatiman, aunque sea una exageración y un acto de muy limitada repercusión y participación.

Ellos, los de Bildu están satisfechos con su medida. ¿Se han parado a pensar en el sentir de la ciudad de Tafalla? Sin duda, no, cuando la feria tafallesa se ha convertido en la segunda de Navarra, en el acto que más gente de pago congrega y en el único que puede atraer turismo y publicidad a la ciudad.

El rodillo de los ‘guays’ no para. Próxima estación, Estella. Al tiempo. Mientras, la factura política que tendrán que pagar va aumentando. Y es que la desfachatez y el contrasentir también tiene un precio y, por cierto, bastante elevado. Que se lo pregunten a las urnas.

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