Los utreros de Cebada Gago no dejaron de derrotar. Fotografía: Galdona.
Los seis utreros cubrieron el recorrido en 3 minutos y 54 segundos sin que se registrasen heridos.
Ayer por la mañana se corrió en Peralta el encierro más peligroso y emocionante de estas fiestas, que también resultó ser el último. Los toros de la ganadería de Cebada Gago, que se esperaban con inquietud entre los habituales corredores de las carreras peraltesas, terminaron el trayecto en un tiempo de 3,54 minutos.
Desde el comienzo, a la salida de los corrales, la manada empezó dividida dando lugar a lo largo de la calle Mayor a varias carreras peligrosas en las que los corredores tuvieron dificultad para mantenerse delante de las reses.
A su llegada a la calle Irurzun, tres de los astados galoparon juntos abarcando toda la anchura de la vía. Fue a partir de la curva del asilo donde la manada volvió a estirarse y protagonizó las carreras más veloces, poniendo a varios mozos en aprietos.
Precisamente al tratar de tomar la curva, dos toros se golpearon contra la puerta de cierre, quedando uno de ellos tendido en el suelo. Esta circunstancia, que resultó un momento particularmente peligroso para los valientes que salieron a correr, hizo que varios de ellos se tropezaran con el toro caído debido a la velocidad con la que llegaban en sus carreras.
Información de A. Gurbindo para Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX