Los tribunales obligan a reabrir el expediente por la muerte de nueve novillos durante el rodaje de la cinta.
Han pasado tres años y diez Goyas pero la ‘Blancanieves’ del bilbaíno Pablo Berger sigue dando que hablar. El fragor de su éxito de crítica y taquilla, así como la avalancha de premios acallaron la polémica auspiciada por la plataforma La Tortura No Es Cultura, que denunció la muerte de varios toros durante el rodaje sin los permisos pertinentes.
Su prueba era una filmación clandestina en la plaza de Aranjuez, en la que nueve novillos aparecían sangrando por las puyas y banderillas. Incluso a uno de ellos se le intentaba arrancar la banderilla mal puesta desde el burladero. Su muerte, que no aparece en la grabación, se produjo después en chiqueros.
Los autores de esas imágenes, el colectivo Justicia Animal, y la plataforma La Tortura No es Cultura están de enhorabuena. Pese al archivo de la denuncia, interpuesta en julio de 2011, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid dictaba una sentencia el pasado 31 de octubre que obliga a la Administración autonómica a iniciar el procedimiento sancionador contra los responsables de la película. Lo que empezó como una llamada anónima de un técnico que trabajaba en el rodaje puede derivar en dos infracciones muy graves a las leyes de protección animal. Incluso un delito de maltrato, tipificado en el Código Penal.
«Queremos que esta sentencia sea ejemplar, una advertencia a los productores para que no se maltraten animales en los rodajes», declaraba ayer a este diario Alessandro Zara, de la plataforma animalista. «Nosotros no tenemos nada en contra de la película desde el punto de vista artístico, su estética es excelente. Ni tampoco entramos a analizar si hace apología de la tauromaquia. Solo decimos que ‘Blancanieves’ se podía haber rodado sin animales, de la misma manera que toda la saga de ‘El Planeta de los Simios’ se ha hecho con efectos digitales».
La productora de ‘Blancanieves’, Arcadia Motion Pictures, remitió a la distribuidora Wanda Films. «La productora no ha recibido en todo este tiempo notificación ni denuncia alguna, es un contencioso entre una asociación animalista y la Comunidad de Madrid», zanjan desde Wanda. «La sentencia del TSJ solo establece que se abra un expediente y se investigue. Estamos tranquilos, porque en el rodaje se actuó siempre conforme a la normativa vigente de la Comunidad de Madrid».