Sin heridos, el momento de mayor peligro del domingo se vivió cuando la tercera de la suelta arrastró a un mozo enganchado por la faja.
Una plaza llena -como corresponde a la mañana del domingo de fiestas de Estella- pero sin agobios para acceder a ella tras el encierro ni problemas para encontrar asiento en un despertar marcado por las temperaturas más frescas. Con este marco, la suelta de vacas se hizo esperar y a las 9 y 20 minutos sólo la primera de las seis habituales había saltado al ruedo.
Encierrillo y encierro discurrieron sin incidentes, aunque el segundo se demoró porque la manada entró dividida. A los tres minutos y medio, Manolo Jordana, el empleado municipal encargado de lanzar los cohetes que indican el principio y el fin del encierro avisó con el primero cuando, a falta de una, todas las reses estaban ya en el coso. Quedaba la última que, rezagada y desorientada antes de alcanzar la plaza de Santiago, se volvió y prolongó el encierro hasta el filo de los diez minutos.
Tampoco entonces pudo comenzar la suelta, puesto que la ambulancia que DYA despliega para dar cobertura al espectáculo realizaba en ese momento otra atención, por lo que presidencia tuvo que demorar el inicio todavía unos minutos. A partir de ahí, en una suelta también sin incidentes destacados, los momentos de mayor emoción se vivieron cuando la tercera vaca agarró por el cinto a uno de los mozos que se encontraban en la arena y lo mantuvo enganchado y arrastró por el suelo mientras varios compañeros intentaban soltarle. Finalmente, regresó a la grada por su propio pie.
Información publicada en Diario de Navarra.