El ganado fue conducido hasta la plaza de Larraga. Fotografía: Alberto Galdona.
Cientos de personas se acercaron ayer a esta localidad de la Comunidad Foral para contemplar la trashumancia o el concurso de recortadores. Además, pudieron disfrutar de la degustación de cordero con denominación de origen navarro.
Larraga amaneció ayer con el encierro de novillos que anunciaba la segunda jornada del Día de la Vaca Brava. En esta edición, la número diecisiete, los asistentes disfrutaron de la suelta de vaquillas, la trashumancia hasta la plaza y el concurso de recortadores. Además, desde primera hora de la mañana, los visitantes pudieron empaparse del espíritu festivo que se respiraba en la localidad paseando por los puestos, escuchando la música de la banda Alegría Raguesa o reponiendo fuerzas con la degustación de cordero.
Larraga aprovechó el evento para dar a conocer sus mayores tesoros a los visitantes. Por la mañana, una visita guiada llevó a una treintena de personas a recorrer los principales recursos patrimoniales del pueblo. Igor Cacho Ugalde, de 29 años, fue el encargado de explicarles la historia que se esconde detrás de la plaza de los Fueros, el palacio del Mayorazgo o la iglesia. Ya el sábado una visita sensorial, en la que los asistentes pudieron experimentar cómo se vivía una eucaristía en los siglos XVI y XVII, había batido el récord de asistencia. “Vinieron 200 personas. Hoy estamos menos pero como es una ruta más explicativa es mejor tener un grupo reducido”, aseguraba Cacho orgulloso.
Mientras, en el campo comenzaba la trashumancia de cinco vacas avileñas y cinco toros que, rodeados por medio centenar de caballos recorrieron las piezas cercanas a esta localidad antes de entrar en el pueblo. Hicieron su entrada en la plaza pasado el mediodía ante la mirada de cientos de curiosos. Laura Colomo había visto pasar las reses en el campo pero le había dado tiempo a llegar a la plaza para ver la llegada desde las gradas. “Verlo en el campo es más espectacular que en el pueblo. Justo donde estaba yo se ha desviado un torillo pero enseguida los caballos lo han redirigido”, contaba a la
vez que grababa un vídeo de las vacas ya en la plaza. Una de las cosas que más le llamó la atención a esta vecina de Larraga fue lo cerca que iban los niños de los animales. “Me ha sorprendido porque iban al lado con dos caballos que les protegían”, comentaba.
Cordero navarro
Al mismo tiempo, en la calle Palanquera, se iba formando una larga fila junto a los diez corderos, Denominación de Origen Navarra, que llevaban horas asándose en una hoguera. En esta ocasión, fue la Coral de San Miguel la que se encargó de cortarlos y repartirlos a cambio de la recaudación. “Tenemos muchos gastos y pocos ingresos”, comentaba jocoso Miguel Merino, director de la organización, antes de ponerse a repartir las cerca de quinientas raciones que se sirvieron ayer. Además, la Coral está de enhorabuena ya que se cumple el 25 aniversario de su creación. “Empezó todo cuando se juntó un grupo de jóvenes de la parroquia que quiso darle más peso a la música coral. Siempre hemos tenido claro que, además de cantar en la iglesia, queremos salir fuera”, recordó el director de este grupo que ha tocado en todas las catedrales del Camino de Santiago, en San Pedro del Vaticano, y en Fátima.
Los puestos de artesanía también acapararon la mirada de muchos paseantes que disfrutaban de la música de la banda mientras curioseaban entre alpargatas, quesos, juguetes de madera o bisutería.
Las mesas de la Asociación de Mujeres de Larraga, que vendían labores hechas en sus talleres aglutinaron a mucha gente. Era la primera vez que sacaban la campaña ‘No es No’, contra las agresiones sexistas, a la calle después de años difundiéndola entre las propias socias.
Información de Iranzu Larrasoaña para Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX