LA SEGUNDA DE TAFALLA SE CONVIRTIÓ EN UN ESPERPENTO A CABALLO

Ferrer Martín, pese a recibir los tres avisos, mostró las mejores maneras de la terna.

Como en la primera, no se cortó trofeo alguno, sonaron nada menos que once avisos y el sexto fue devuelto a los corrales tras superar el tiempo reglamentario. Fotografías: Jesús Caso.

Ganado: Seis toros de Rosa Rodrigues, tres cinqueños, con muchos kilos, serios, manejables, mal lidiados y todos, en especial el sexto, aquerenciados en el último tercio; destacaron tercero cuarto por su movilidad.

Rejoneadores: Paulo Jorge Santos (silencio tras dos avisos y vuelta al ruedo por su cuenta), Cuauhtémoc Ayala (silencio tras dos avisos en ambos) y Ferrer Martín (silencio tras dos avisos y pitos tras tres avisos).

Lugar y fecha: Plaza de toros de Tafalla (Navarra). 16 de agosto de 2024.

Incidencias: Media plaza. Segunda de feria. Festejo celebrado dos días antes de una efeméride: hace 35 años que Pablo Hermoso tomó la alternativa en esta plaza (18 de agosto de 1989).

Se anunciaba este viernes un festejo de rejones en Tafalla con los mismos ingredientes de las corridas fracasadas de los dos últimos años. Seis toros de Rosa Rodrigues para tres rejoneadores de las profundidades del escalafón. Un cartel que bien podría ser el túnel del túnel bajo el mundo del rejoneo. El resultado, como no podía ser de otro modo, fue un nuevo mitin a caballo de tres esforzados caballeros con tan corto bagaje como buenas intenciones.

Los aficionados tafalleses rieron y se disgustaron, se aburrieron y sobresaltaron, pusieron muecas y merendaron, para al final rendirse a la evidencia de que pasadas las dos horas de espectáculo aquello era insoportable y tener que tragar como coda del festejo con un toro vivo regresando a corrales.

Quizá el lector pueda preguntarse qué tuvo de comedia la cosa y es que resulta difícil verbalizar el aspecto de Cuauhtémoc Ayala desde los ejercicios de doma posteriores al paseíllo, vestido de charro, con un sombrero de gran diámetro y el tamaño enjuto del jinete. El yucateca iba a su bola, con una montura que, como el resto de su cuadra, parecía llevar poco tiempo a sus riendas. Mientras los dos compañeros se ejercitaban con la doma clásica, él parecía estar a punto de subir al tendido de sol para contemporizar con la mocina.

Ayala tuvo dos toros para ejercitarse. Como en ninguno de ellos sus monturas llegaron a pisar los terrenos del toro en los embroques, no llegamos a conocer las condiciones reales del toro que aparentaron aplomarse. Valor al mexicano le sobra. No tuvo reparo en coger muleta y estoque y lanzarse a pegarle una estocada a su primero que no tuvo ningún efecto y fue rematada por los pelos con el descabello.

En el quinto, se produjo una escena que Berlanga hubiera soñado para ‘La Vaquilla’. Intentaba rematar Cuauhtémoc con el descabello al toro cuando, visto el temor de sus auxiliadores colocando los capotes bajo el toro les gritó “pero toreros, no os vayáis” ante el jolgorio del tendido.

Había abierto el festejo el rejoneador luso Paulo Jorge Santos que frente al primero anduvo como la chata. El toro parecía parado y le metió tres rejones de castigo. El toro se emplazó y la imagen asaeteada del animal tras el último tercio no merece mayor recuerdo.

Con el cuarto, un animal de movilidad y cualidades, anduvo mejor y clásico. Anduvo liviano aunque también lo cargó a rejones de castigo y acertó con el de muerte al segundo intento. Fue el único toro donde no se escucharon dos avisos en la tarde. Pero para rematarlo su auxiliador dio el mitin con la puntilla.

Ferrer Martín se llevó los peores palos del festejo. Con una cuadra bien entrenada de caballos tordos intentó y en varios momentos consiguió, realizar el rejoneo moderno de distancias cortas y carreras armónicas. Al quiebro resolvió bien las batidas clavando normalmente a la grupa. El tercer toro le ayudó bastante más que el sexto. Pero a la hora de matar anduvo fatal con el estoque de muerte.

En su primero se llevó una fuerte voltereta al descabellar y en el sexto, pese a los esfuerzos por ayudar de sus auxiliadores, escuchó los tres avisos y se llevó la bronca del público.

Fue un triste remate para un triste festejo, quizá el epílogo de los rejones en la feria de Tafalla. Una tragedia para el rejoneo.

Información de Mariano Pascal, publicada en diariodenavarra.es

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