Pese a intentarlo desde el viernes, un grupo de jóvenes sí logró volver a las vacas ayer en un encierrillo de 12 minutos.
Las barricadas que siempre colocan los jóvenes no habían logrado su propósito: cambiar la trayectoria de las vacas. La barrera humana habitual en la plaza de Santiago a la subida o al final de la calle Mayor en la bajada hacia Ruiz de Alda no había sido obstáculo para la ganadería de Macua hasta ayer. Ocurrió en el encierrillo y ello alargó la primera carrera de la mañana de las nueve vacas a los doce minutos.
La “suerte” para los mozos que se sitúan detrás de grandes plásticos llegó, por tanto, en la sexta carrera de la fiesta. En torno a una veintena se alineó a la altura de la ya cerrada Tintorería Rubí y provocó el cambio de dirección de seis vacas. Las otras tres siguieron trayectoria, pero esas seis volvieron hacia la plaza de toros. De allí, salieron de nuevo hacia los corralillos y cogieron a una cabeza que se había quedado sola en mitad del recorrido.
Después, en el encierro de las nueve de la mañana, carrera directa en tres minutos y 32 segundos para dar paso a una suelta de vaquillas menos vistosa que las del fin de semana. El premio de 100 euros concedido por el Club Taurino Estellés recayó en Íñigo Rubio Alcaide, 23 años y vecino de Pamplona. “Ya lo gané en otra ocasión. A Estella suelo venir. En verano me muevo algo por Navarra y Guipúzcoa. Contento por lo de hoy”, indicó. Ninguno de los festejos dejó atenciones de consideración por parte de DYA.
Información de M. Martínez Eulate para Diario de Navarra.