JOSÉ ANTONIO BAIGORRI CONFIRMA EN LODOSA SU BUENA TEMPORADA

El Roque, rodilla en tierra, buscó el triunfo grande.

El Roque, rodilla en tierra, buscó el triunfo grande.

El segundo utrero de Ganadería de Pincha fue premiado con la vuelta al ruedo y el tercero, ovacionado en el arrastre. Galería fotográfica.

Ganado: Cuatro utreros de Ganadería de Pincha, bien presentados, cómodos de cara, nobles y de buen juego en conjunto, con el segundo, llamado Galileo, premiado con la vuelta al ruedo y el tercero, ovacionado en el arrastre.

Novilleros: David Cadavid (oreja y saludos tras dos avisos) y Jesús Gómez ‘El Roque’ (oreja y silencio).

Lugar y fecha: Plaza de toros de Lodosa, en Navarra. 4 de agosto.

Incidencias: Media plaza. Tarde soleada y calurosa. Segunda y última de feria. Los dos novilleros hicieron el paseíllo desmonterados.

Tras su estupendo paso por Pamplona y Tudela, José Antonio Baigorri corroboró ayer en su tierra natal, en Lodosa, la buena temporada que está llevando a cabo con la lidia de utreros. El conjunto estuvo bien presentado, fue agradable de cara para la mano de obra y se caracterizó por su nobleza.

El que abrió plaza la tuvo y clase, también, aunque le faltó algo de motor. El segundo fue, simplemente, magnífico; acumuló clase, nobleza, motor, fijeza y codicia, reflejada en una incansable e interminable embestida. El tercero transmitió mucho, tuvo casta, pero le faltó humillar más. Y el cuarto sirvió, asimismo, aunque acusó el encierro matinal y planteó la pelea en su querencia, en tablas.

Respecto a la mano de obra, David Cadavid dejó buena imagen. Realizó dos trasteos voluntariosos. Le cortó una oreja al que abrió plaza tras una faena que no pasó de correcta. Al tercero lo recibió en la puerta de toriles, la faena hizo presagiar la concesión de otro trofeo pero falló, y mucho, a la hora de matar, por lo que se tuvo que conformar con una ovación, cuando ya habían sonado dos avisos.

El Roque, por su parte, se encontró en primer lugar con un utrero, llamado Galileo, que, por su calidad tardará en olvidar. El novillero estuvo a su altura. Se sucedieron series por ambos pitones, bajando la mano. Conectó con los tendidos, pero mató de un pinchazo y de un bajonazo. Todo quedó en un trofeo.

El cuarto recordó su paso por el encierro y sólo quiso pelea en la zona de toriles. Ante tal situación, realizó un trasteo de altibajos, sin continuidad, en el no hubo acoplamiento, tanto que, cuando dobló el utrero, el público guardó silencio.

David Cadavid a portagayola ante el tercero David Cadavid chicuelina El Roque con la diestra El Roque invertido otro El Roque invertido

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